Crítica: Zareg – Thirst (2018)

Zareg nace en Granollers, Barcelona, en el 2006 como banda de Post Apocalyptic Black Metal, bajo la idea conceptual de mezclar en su temática un mundo caótico y post-apocalíptico, y el prevalecimiento de la naturaleza sobre el ser humano. En el año 2012 lanzaron su primer álbum, titulado “Extreme Nature”. Ahora, seis años más tarde, el pasado 2 de septiembre, fue lanzado el EP “Thirst”, el cual es el segundo trabajo que forma parte de una trilogía.

La formación de Zareg se compone de Regnet, quien se encarga de las guitarras solistas y rítmicas. Además, para la grabación, Regnet ha contado con diversos músicos de sesión.

“Thirst” está formado por cuatro canciones que desatan una virulencia y un caos inusitado a lo largo de los 15 minutos que dura el EP. A lo largo de todas las composiciones, encontraremos riffs rápidos que desprenden una total oscuridad en todo momento, pero sin descuidar la melodía, por lo que en este sentido, encontramos un equilibrio perfecto entre brutalidad sonora y a su vez, nos permite disfrutar de unas trabajadas melodías que ayudan al oyente a evocar el mundo apocalíptico que nos ofrece Zareg. De hecho, en muchas de esas melodías también encontraremos características del Death Metal, por lo que no solo de Black Metal se nutre este trabajo, aunque es cierto que es el estilo predominante.

En cuanto a la sección rítmica, esta es una apisonadora que destruye todo lo que se encuentra a su paso, siendo la velocidad el ritmo mayoritario, pero sin sonar monótono en ningún momento, pues esta se dedica a aprovechar todos y cada uno de los elementos que conforman el kit de batería.

Cabe destacar también el trabajo vocal, ya que el registro utilizado es como si las mismísimas fuerzas del caos hubieran traspasado nuestra dimensión y se pusieran a los micrófonos para dejarnos su blasfemo mensaje. Una auténtica bestia.

En definitiva, Zareg ha lanzado un trabajo muy recomendable, siendo directo, destructivo y oscuro, tal y como debe ser el Black Metal. No os lo perdáis por nada en el mundo, ni aún siendo el fin del mundo, ya que sería la banda sonora perfecta.

Nota: 8.5
Autor: Ramón

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