Crítica: Arallu – Desert Battles (2018)


El sonido ensordecedor de los disparos retumbaba en la cabeza de Bob. Había sido herido en la pierna derecha. El médico del pelotón, le había hecho un torniquete. Sin embargo, si no salía de la trinchera pronto, moriría allí mismo. Sabía que no podría escapar. Estaba perdido, así que se armó de valor y agarró su M-16. Ya que iba a fallecer, que fuese peleando. A pesar de la situación, cerró por unos segundos los ojos. En tan breve espacio de tiempo, su vida entera paso ante sí. Descubrió que nunca nada había tenido un sentido real para él. Si le hubiesen preguntado en ese momento el por qué se alistó, no tendría una respuesta clara. Desde que tuvo uso de razón, tan solo quería acallar las voces que le gritaban una y otra vez que era un perdedor. Densas lágrimas cayeron por su rostro al percatarse de que realmente no le importaba a nadie. Tan solo era un joven frustrado e incomprendido más, que iba a perecer en estúpida una batalla…
Bienvenidos al universo de Arallu.

Raven Metal reeditó el 6 de junio de 2018 el cuarto trabajo del combo de Black Death Metal Arallu «Desert Battles».

Su actual formación es: Butchered (voz, guitarra y bajo), Pixel (guitarra y voces), Assaf Kassimov (batería), Omri Yagen (guitarra), Eylon Bart (percusión y cuerdas).

Maldigo la hora en la que los brasileños Sepultura decidieron crear un híbrido entre el Groove Thrash Death que ejecutaban en esa época y música de carácter étnico. Desde entonces, un buen puñado de bandas han ido apareciendo, mostrando un formato que, a todas miras, y a pesar de las buenas intenciones, no termina de encajar de ninguna forma. Tristemente, los de Israel, forman parte de este grupo de conjuntos. Cierto es que su vena tribal está perfectamente incluida, mas la vertiente Metal carece de chispa. Para más inri, la producción parece amateur, y el artwork resulta bastante soso.

No se puede negar que las seis cuerdas rezuman violencia, aunque no llegan a enganchar. Hallamos los riffs fluidos, muteados, a doble armonía y a una cuerda. Olvidaos de los solos. Aquí no hay ni uno

Los registros vocales son iracundos. De forma anecdótica, Butchered se atreve con falsetes en dos de las diez tonadas que componen el Elepé.

Sin que llegue a hacer nada del otro mundo, las líneas de bajo tienen presencia.

Respecto a los parches, el equilibrio entre celeridad y potencia es perfecto. Mid y up tempos conviven sin problemas, dejando espacio si la ocasión lo requiere a unas buenas pinceladas de Blast Beats.

Destacaría ‘The Union of Babylon’ como lo mejor del álbum. A pesar de que sobre la mitad decae estrepitosamente, es sin duda el track más salvaje de todos.

Si sois afines a este tipo de propuestas, echadle un oído. Si por el contrario, y al igual que yo, cosas así os parecen una atrocidad, salid corriendo y no miréis atrás. Ahora bien, más de uno de vosotros se preguntará el por qué les pongo un suficiente. La respuesta es simple: porque hay que tener valor de hacer algo así en Israel.

Nota: 5
Autor: Chus

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