Crítica: Eyes of the Living – War on Dead – More Dead (2019)


Como si de una película de George Romero se tratase, la mañana del 19 de marzo de 2025, el cementerio de un pequeño pueblo comenzó a convulsionar. De las tumbas, emergieron profundos e inhumanos sonidos. Los muertos se estaban literalmente revolviendo en sus lápidas. De repente, y de forma lenta pero imparable, uno a uno, aquellos putrefactos cuerpos vieron la luz del sol una vez más. Sus recuerdos estaban intactos, mas no muchas de sus funciones básicas. Eran incapaces de hablar, y una voraz e incontrolable hambre nublaba su juicio. Uno de ellos comenzó a intentar devorarse a sí mismo. Se mordía nerviosamente el brazo derecho, mientras que sus huesudas manos arañaban violentamente su abdomen hasta llegar a los intestinos. El apocalipsis zombie había llegado…
Bienvenidos al universo de Eyes Of The Living.

El 15 de marzo de 2019, Pavement Entertainment reeditó el primer trabajo de los thrashers Eyes Of The Living  «War on Dead – More Dead». Recordemos que originalmente salió en formato digital en 2017 con el título acortado a tan solo «War On Dead».

Su formación es: Chris Moore (bajo), Cliff Fritts (batería), Mike Straiton (guitarra solista), Tim Swisher (guitarra y voz).

Ya no sé si es que soy yo, o es que realmente la inmensa mayoría de formaciones actuales de «Metal Apaleador» no tienen chispa alguna, y los de Estados Unidos no han sido una excepción. Prácticamente, no ha habido ningún instante lo suficientemente estelar como para que me haya emocionado especialmente. Las composiciones no son nada del otro mundo, careciendo de componentes adictivos. Esto no quiere decir que sean intrínsecamente malos, pero sí que, al menos para este humilde redactor sean un conjunto del montón. Para más inri, el para mí exceso de minutaje no ha ayudado en absoluto, restándole aún más puntos a la nota final. Adentrándonos en lo que es la producción en sí, ésta es contemporánea y poderosa. Respecto al artwork, tristemente es tan anodino como la música con la que os toparéis si le dais al play al susodicho álbum.

Tan afilados como caben de esperar son las seis cuerdas de Mike y Tim. Sus riffs son fluidos y pesados. Además, existen leves inclusiones de dobles armonías y armónicos punzantes. Mención aparte, merecen los solos. Sin duda son lo mejor del Long Play.

Los registros vocales son agresivos y rasgados, atreviéndose con algún anecdótico tono limpio.

A medio gas suelen ir los parches. Eso sí, no dejan completamente en el olvido los up tempos.

No os voy a engañar, no destacaría ningún track en concreto. Todos son tan sólidos como insulsos.

Con el tiempo se verá si avanzan correctamente o se quedan en un clarísimo quiero y no puedo.

Nota: 4
Autor: Chus

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