Memorias de un No Muerto: Machine Head – Burn My Eyes (1994)

Desde hacía dos años, todo su mundo era el laboratorio donde fue confinado de forma voluntaria. Las cláusulas de consentimiento eran muy claras: el gobierno podría experimentar con él de la forma que quisiese. A cambio, y mientras se encontrase con vida, se le daría mensualmente una muy elevada suma de dinero. A pesar de todo lo que aquello conllevaba, no tenía opción. Su hijo tenía una de esas enfermedades poco comunes y el tratamiento para ella era excesivamente costoso. A partir de entonces comenzó un tormento que parecía no tener fin. Sin embargo, en los últimos días, algo dentro de él había cambiado. Su visión se estaba tornando más y más aguda, aunque cada vez se sentía peor. La tarde del 4 de abril de 2020, el tormento no comenzó con agujas y batas blancas, sino con un indescriptible dolor en los globos oculares. Antes de que pudiese pedir ayuda, los ojos comenzaron literalmente a arderle, emitiendo poderosas llamaradas que estaban incendiando su habitáculo. ¡Estaba calcinándose desde dentro hacia fuera!
Bienvenidos al universo de Machine Head.

No hace demasiado, saltaba la noticia – vídeo real de YouTube incluido- de que Robb Flynn había reclutado nuevamente a sus ex compañeros en Machine Head Logan Mader y Chris Kontos con la sana intención de realizar una gira conmemorativa de su espectacular primer disco «Burn My Eyes». A pesar de ser una clara estrategia para endosarse un buen puñado de dólares, reconozco que me embargó una gran emoción. Durante estas líneas, vuestro No Muerto favorito homenajeará a ese redondo y a una banda que al menos para mí y debido a sus innecesarios cambios de dirección se han quedado a medio camino de la gloria. ¿Preparados?, pues vamos allá.

Corría el año 1991, cuando Mr Flynn, después de haber pasado por Forbidden Evil – luego conocidos mundialmente como Forbiddden– y Vio – lence, decide montarse su propio grupo bautizado con el nombre de Machine Head. Para llevar a cabo semejante gesta, contó con la ayuda de Logan Mader (guitarra), Chris Kontos (batería) y Adam Duce (bajo). Tras una Demo en 1993, Roadrunner Records publicó el 1 de junio de 1994 su primer L.P «Burn My Eyes». El Long Play en cuestión supuso todo un mazazo en la cabeza para cualquier Metalhead de la época. Su increíble Groove Thrash no dejaba títere con cabeza, demostrando una frescura e intensidad fuera de lo común. Personalmente, creo que «Burn My Eyes», junto a «Vulgar Display Of Power» de Pantera y «Chaos A.D» de Sepultura, fueron las piedras angulares de este género en los 90.

El asalto comenzaba con lo que para el que escribe es su mayor himno. Hablo por supuesto de ‘Davidian’. Nada más irrumpe los parches que dan paso a unas guitarras contundentes, fluidas y pesadas como pocas, la adrenalina se dispara peligrosamente. Y no es para menos camaradas. La orgía sonora sigue con ‘Old’. Si jamás la habéis oído, os advierto que su riff principal se os quedará grabado a fuego en vuestra maltrecha mente. De forma oscura y pausada arranca ‘A Thousand Lies’, para después dejar las cosas en su sitio. A su vez, ojo al cambio de celeridad sobre la mitad de esta canción. Los up tempos no eran algo que rechazase esta formación, irrumpiendo una lead guitar trepidante. Pasamos a la ira contenida de ‘None but My Own’. Ésta acaba estallando violentamente en su segunda mitad, y con ella también lo hará vuestros cerebros. Llegamos a ‘The Rage to Overcome’ y el señor Kontos vuelve a hacer acto de presencia antes que nadie. En su forma, tal vez sea más «lineal» que las anteriores, pero igualmente demoledora. Y es que aquí no hay ni un solo segundo mediocre de música señores. ‘Death Church’ muestra la cara más oscura de los de Oakland, mientras que el giro revienta vertebras de ‘A Nation on Fire’, con su final apoteósico y veloz es PERFECTO. La aceleración más sanguinaria viene de la mano de ‘Blood for Blood’. No tengo palabras para describírosla. Tan solo os comentaré que sin duda es una de mis favoritas del Elepé. Ya sabéis, yo y mi obsesión por la velocidad. Entramos en la recta final con la estructura In crescendo de ‘I´m Your God Now’. Curiosamente, aquí se hallan las cuerdas vocales más melódicas de todo el redondo. ‘Real Eyes, Realize, Real Lies’ acaba sirviendo como pasage o puente para ‘Block’. La inclusión de cuatro armónicos seguidos de la que hace gala la canción que finiquita la embestida os destruirán para siempre.

Está claro que nunca volverán a componer algo así. Pero qué diablos, ¡qué les quiten lo bailado! «Burn My Eyes» es y será por siempre una OBRA MAESTRA que ahora podremos disfrutar una vez más en vivo. Ahora la pregunta es ¿volverá Adam Duce a MH? Solo el tiempo lo dirá.

Nota: 10
Autor: Chus

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