Crítica: Crownaside – From Mud To Ashes (2019)


Hace solo una semana que los visitantes de piel blanquecina llegaron a nuestras tierras en unos gigantescos vehículos que flotaban por el mar. La masacre comenzó justo en el momento que pisaron nuestro suelo. A pesar de que luchábamos con valentía, los extraños poseían unas extrañas armas. Cuando las hacían funcionar sonaba un terrible estruendo. Era como si el Señor De Los Rayos y La Tormenta los obedeciera. Cada vez quedamos menos. Si no logramos expulsarlos, pronto todo lo que una vez fue nuestro nos será arrebatado. ¿Pero cómo luchar contra quienes tienen a los dioses de su parte?…
Bienvenidos al universo de Crownaside.

Nacidos en 2013, el combo de Groove Death Metal Crownaside lanzará su primer L.P titulado «From Mud To Ashes» el 24 de abril de 2019.

El grupo lo forma: Víctor Moreno (batería), Gabriel Pastor (voz), Álvaro Ariza (guitarra y bajo), Alejandro Martínez (guitarra).

¿Alguien podría decirme en qué momento el Groove se tornó tan plano y predecible? Desde luego cuando los reyes del género, o sea Pantera, lo hacían, era un estilo poderoso a la par que dinámico. No obstante, hoy en día parece que los conjuntos de este tipo de Metal basan sus composiciones en tan solo la pesadez instrumental, dejando completamente de lado la fluidez y los giros de recorrido. Tristemente, los de Murcia con su primer Elepé, caen en ese cada vez más amplio y hondo saco de agrupaciones que tienen las características negativas que acabo de comentar. Por otro lado, os puedo asegurar que el único elemento de «Metal Muerto» que encontraréis es el letal registro de Gabriel, siendo su labor lo más reseñable del asalto junto con el trabajo de la lead guitar. Supongo que, para los novatos, el redondo que hoy protagoniza estas líneas les será un discazo de proporciones bíblicas. Sin embargo, para los que lleven demasiado en esto, dudo mucho que le encuentren algo que les llame la atención.

La orgía de seis cuerdas entrecortadas, muteadas y a veces destensada está asegurada. La elocuencia de notas va a cuenta gotas. Cabe resaltar la introducción puntual de dobles armonías y tapping. Además, tal y como os decía un poco más arriba, poca broma con los solos.

Puntualmente, tropezaréis tanto con growls profundos como con guturales agudos rasgados. Le doy gracias a Odín porque no existan las clean vocals. Menos mal.

El bajo tiene especial protagonismo. No es que las cuatro cuerdas hagan algo espectacular, mas sí tienen presencia.

De forma perpetua, la percusión va a medio gas. Si queréis velocidad, mejor id en busca de otro grupo.

Para que mentiros, no destacaría ningún tema debido a su linealidad. Si acaso, os relato que mientras que, a costa de perder fiereza, ‘Ruins’ muestra la cara dramática y emotiva de la formación, la final ‘Scent of Burning Flesh’ exhibe su vertiente más directa.

A mí no me han convencido ni de lejos, aunque la última palabra como siempre la tenéis vosotros. Dadle una oportunidad y juzgad.

Nota: 4
Autor: Chus

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