A cada segundo que pasaba, la realidad se resquebrajaba más y más. Frente a él, comenzó a abrirse un portal. Millones de diabólicos seres de otra dimensión esperaban ansiosos por entrar en el plano astral de los hombres. La expresión facial de todos ellos era de una indescriptible maldad. De repente, los engendros lo agarraron del brazo derecho. Era como si para poder salir ellos tuviesen que introducir a alguien en su lugar. El brujo gritó desesperado. Si no conseguía revertir el hechizo, pronto, aquellos esperpentos que había invocado para que le sirvieran acabarían con toda la humanidad…
Bienvenidos al universo de Morbid Angel.
Parece mentira, pero ya han pasado treinta años desde que se publicó el primer L.P de Morbid Angel «Altars of Madness». A título personal, ese trabajo fue uno de los que cambió mi vida. Tendría unos 14 años, cuando mi buen amigo Jose me lo trajo a casa en M.C original. Junto con el «Leprosy» de los míticos Death, esos redondos fueron los que me abrieron las puertas al devastador mundo del «Metal Muerto». Debido no solo a su importancia en este mundillo, sino también al impacto que tuvo sobre mi persona, me es de imperiosa necesidad realizarle este humilde homenaje en forma de reseña. Para algunos, esta review le recordarán tiempos pasados y siempre mejores, para otros, espero que mis palabras sirvan para conseguir que escuchen el Elepé en cuestión por primera vez.
El 12 de mayo de 1989, Earache Records, el sello que por aquellos entonces se caracterizaba por lanzar a las bandas más bestias del mundo, editó el debut de «El Ángel Mórbido». Grabado en los Morrisound Recording, el álbum contenía un total de 10 temas, formando unos cortos pero intensos 40 y pocos minutos de música.
Los encargados de crear tan magna obra fueron: David Vincent (bajo y voz), Trey Azagthoth (guitarra), Richard Brunelle (guitarra), Pete Sandoval (batería).
El asalto lo abría ‘Immortal Rites’. Su inicio caótico daba paso a una espiral de violencia y maldad incontrolables, demostrando hasta qué punto podían ser letales las dobles armonías y los tremolos picking. Al llegar ‘Suffocation’, uno solo puede quitarse el sombrero. Esos guitarrazos a golpes que aparecen en el segundo 56 no podrían ser más adictivos. Para el que os escribe, es su corte favorito. Sin dejar un segundo de respiro, irrumpe ‘Visions from the Dark Side’. ¿Se puede crear una canción más pérfida que esta?, yo creo que no. Con ‘Maze of Torment’ ¿no os pasa que acabáis diciendo el estribillo mil veces durante el día cuando la escucháis? Respecto a su estructura, más de lo bueno, o mejor dicho, más de lo perfecto. ‘Lord of All Fevers & Plague’ tal vez sea el tema menos poderoso, mas no por ello resulta ni mucho menos mediocre. Las cosas vuelven a su lugar con ‘Chapel of Ghouls’. Adoro el ataque de bombos del señor Sandoval durante su transcurso. Asimismo, quedaréis asombrados por sus cambios de recorrido rasantes. Al igual que con ‘Suffocation’, ‘Bleed for the Devil’ exhibe seis cuerdas entrecortadas y fluidas. Por Odín, como adoro ese recurso. Nos vamos acercando tristemente al final, aunque la calidad no parece tener fin y mucho menos con ‘Damnation’. Esta gente hacía fácil lo difícil en materia de composición y estructuración. ¿Os dais cuenta de que actualmente los C.Ds pecan de linealidad excesiva? Eso aquí no pasa. El punto y final lo ponen ‘Blasphemy’ – otra que se queda grabada a fuego en la mente- y ‘Evil Spells’, que, con sus seis cuerdas decadentes, ponen el broche de oro a lo que es y será por siempre toda una OBRA MAESTRA.
Posiblemente más de uno me llame loco al opinar que el plástico que hoy nos ocupa las líneas que estáis leyendo, es sin dudarlo un ápice, lo mejor que los americanos han sacado en toda su carrera, superando con creces a todo lo que vino después. No digo que «Blessed Are the Sick» o «Covenant» no sean imprescindibles, de hecho, lo son, pero afirmo rotundamente que jamás consiguieron realizar algo tan impoluto como «Altars».
Nota: 10
Autor: Chus
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