Crítica: Judaswiege, Moribundo, Sönambula, Barbarian Swords – Tetrarchia ex Bestia (2019)


Los valerosos soldados del Rey Argth, supieron que la batalla estaba perdida cuando el extraño portal terminó por abrirse de par en par. De ahí, apareció el temible ser conocido como Acll, el dragón de cuatro cabezas. Solo el brujo que lo convocó sería capaz de devolverlo a la dimensión de donde procedía, así que intentaron de forma desesperada llegar hasta él. Sin embargo, las llamas expulsadas por las cuatro fauces del monstruo calcinaron a los allí presentes. Tan solo el malvado hechicero quedó en pie al acabar tal tremenda masacre. Éste, reía sin cesar. Su risa sonaba amenazadora y triunfante. Sabía que mientras pudiese controlar al engendro proveniente de otra dimensión, no tendría rival. Pronto, muy pronto, el mundo entero sería suyo…
Bienvenidos al universo de Judaswiege, Moribundo, Sönambula  y Barbarian Swords.

Negre PlanY junto con Blood Fire Death, publicaron el pasado 21 de junio el Split de Judaswiege, Moribundo, Sönambula  y Barbarian Swords. Ahora, y antes de pasar a su respectiva reseña, creo necesario comentaros cuales son las personas que forman los respectivos grupos.

 

Judaswiege lo forma: Obszen (todos los instrumentos), Dis (voz y lírica).

El line up de Moribundo es: Evilead (todos los instrumentos), Mortvs Vyrr (letras), Luis Miguel Merino (voz).

La alineación de Sönambula no es otra que: Maider (batería), Rapha Decline (guitarra y voz), Aleksey Bogdanov (bajo).

Barbarian Swords son: Panzer (bajo), Joe Beltza (batería), Steamroller (guitarra), Voice of Noise (guitarra), Von Päx (voz).

¿Qué ocurre cuándo cuatro de las mejores bandas de Metal Extremo de España se juntan para lanzar un redondo compartido?, pues que las vértebras de aquellos que no sean tan estúpidos como para ignorar tal magno lanzamiento, acaban doloridas de hacer headbanging. La principal baza del susodicho Elepé, es que, a pesar de que cada grupo ejecuta un tipo de música radical diferente, el resultado final es absolutamente compacto. Como era de esperar, la producción a grandes rasgos es sucia sin llegar a ser absurda. Respecto a la portada, es tan macabra como la música que contienen el álbum. 

El embiste lo abre Judaswiege. Su Black Metal sucio y acelerado hasta decir basta es sencillamente devastador. Para que os voy a engañar, para un obseso de la rapidez como yo, sus cuatro pistas me han dejado complacido no, lo siguiente. De su sección del pútrido pastel ojo a… ¡qué demonios! TODAS. Al irrumpir Moribundo se cambia el tercio. El Doom Death, con ramalazos de Funeral Doom que nos ofrendan no es moco de pavo. Asimismo, son de los pocos grupos que pienso que usan los teclados como Odín manda. Ah, ¿y qué decir de esas ráfagas de «golpes relámpago» que aparecen cuando uno menos lo espera? Poca broma. En su caso, me llamó la atención por su espectacular desarrollo ‘Amor / Entierro’. Sönambula vuelven a la palestra rompiendo cráneos a troche y moche gracias a la fusión de «Metal Muerto» y «Metal Condenado» Por supuesto, siguen usando el HM2, otorgando a su propuesta ese toque tan sueco. De ellos, destacaría ‘Regresión’.  Le ponen punto y final a la acometida la siempre agónica propuesta de Barbarian Swords. Curiosamente, son los que menos temas aportan. Aunque eso no importa. Con ‘Goddess of War and Annihilation’ y ‘The Eternal Axe of the Goddess’ sentiréis que estáis en la más profunda de las mazmorras, torturados por un ser que, si alguna vez fue humano, hace tiempo que su alma falleció, convirtiéndose en un esperpento sin compasión.

Independientemente de cualquier etiqueta posible, si disfrutáis con las sonoridades más potentes, necesitáis adquirir el Long Play que hoy ha protagonizado las líneas de la review que acabáis de leer.

Nota: 9
Autor: Chus

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