Crítica: Relinquished - Addictivities Pt. 1 (2019)

Los rayos de luz entraban tímidamente a la habitación, alumbrando los cadáveres en putrefacción. Las moscas, danzaban de forma caótica alrededor de los fiambres, entrando y saliendo de todos sus orificios. Al fondo de la casa, si alguien hubiese estado allí para prestar atención, escucharía el trotar de las ratas por todas partes. Sin embargo, no se acercaban a los restos humanos para alimentarse. Tan solo entraban y salían del caserón, procurando no pasar por el habitáculo de los horrores. Los roedores, sabían que el amo de la mansión llegaría pronto, y era mejor no estar cerca cuando eso pasase…
Bienvenidos al universo de Relinquished.

NRT-Records, lanzó digitalmente el 27 de diciembre de 2018 el tercer L.P de los Melo Prog Death Metal Relinquished llamado «Addictivities (Pt. 1)». Finalmente, la misma discográfica, terminó por editarlo en formato físico el 22 de marzo de 2019. Ahora, a Broken Tomb le ha tocado realizar su respectiva reseña.

El grupo lo forma: Sebastian Bramböck (voz), Anton Keuschnick (guitarra), Simon Dettendorfer (guitarra y voces), Dominik Steffan (bajo), Richard Marx (batería).

Dejadme que le ponga a la review una especie de titular: Decadente en exceso. Sí amigos, con esa frase se podría resumir perfectamente lo que a mi parecer transmite el susodicho disco. Desde luego, a cada segundo de música que transcurre, es como si, amordazados, el mismísimo Satán se acercase para murmurarnos al oído lo terriblemente oscuros que en realidad somos, mostrándonos el auténtico aspecto de nuestra alma. Es innegable que las canciones están bien trabajadas, y que el factor sorpresa llega a estar presente a lo largo y ancho del plástico. Sin embargo, tantos instantes de «cuchicheos» vocales y una sobredosis de mid tempos, han acabado por restarle nota a una obra que NO tiene un segundo de mediocridad. La producción es cristalina y contemporánea. Por su lado, el artwork es perfecto para asaltos así.

Las dobles armonías comandan en las seis cuerdas. A su vez, tropezaréis con disonancias escalofriantes, incluyendo si la ocasión lo requiere pasajes pausados. Para con los solos no hay objeción alguna. Cumplen a la perfección su labor.

Tres registros tres. ¿De qué hablo? Pues de que por estos lares, vais a catar unos predominantes guturales agudos rasgados que le dan la mano a otros de corte más profundo, unidos a demasiadas apariciones de susurros infernales.

Ya os lo relataba antes. La percusión suele ir a medio gas. No obstante, ay camaradas, cuando menos lo imagináis, os destrozan con unos salvajes blast beats. Ah, la labor de doble bombo es digna de mención.

Destacaría ‘Syringe’ y ‘Zero’. ¡Vaya giros de camino que exhiben ambas!