¿Por qué esculpir en materiales muertos? El auténtico arte está en crear figuras a base de cuerpos reales. Aquellos estúpidos de vidas vacías, no sabían el honor tan grande del cual les hacía participe. No eran conscientes de que habían pasado a la posteridad. Se hablaría de mi trabajo para siempre. Lloraban, suplicaban que los dejase ir. ¿Para qué? ¿Acaso no era más que obvio que eso no iba a pasar? Estoy realmente orgulloso de mi última obra. Mide dos metros y medio. Por supuesto, la construí a base de trozos de diferentes personas. Creo que pondré cuatro brazos en la espalda y no tendrá cabeza. Al menos esa es mi idea inicial. Ahora tan solo me queda buscar las piezas que me faltan…
Bienvenidos al universo de Devourment.
Los titanes del Slam Brutal Death Metal Devourment, volverán a la carga el próximo 16 de agosto con su nuevo trabajo «Obscene Majesty». El redondo será lanzado gracias al sello Relapse Records.
Su formación es: Brad Fincher (batería), Rubén Rosas (voz), Chris Andrews (guitarra y voces), Dave Spencer (bajo).
No nos engañemos, a pesar de que su anterior redondo de 2013 «Conceived in Sewage» no fue ni mucho menos malo, resultó decepcionante para muchos. La razón de ello era bien simple: eran menos brutales. O mejor dicho, se habían tornado «convencionales». Gracias a Odín, las cosas han vuelto a su lugar. Y es que amigos míos, discos así son los que crean afición. ¡Vaya tela! Las tonadas están muy elaboradas, ofrendando unos cambios tanto de «hachas» como de parches rasantes. En ningún momento se hace monótono, y no recuerda a refritos de un estilo que tristemente ya lleva tiempo ofrendando clones de clones. La producción es enfermiza hasta más no poder. En mi humilde opinión, y será porque me estoy haciendo viejo, hubiese aclarado un poco el sonido, otorgándole más volumen a las seis cuerdas. No obstante, de verdad, de forma objetiva no se puede poner ninguna pega a este aspecto. Con la portada he quedado gratamente sorprendido. Siempre es bien cuando uno ve un artwork atípico. Si os preguntáis si todo, en cualquier aspecto del álbum es bueno, la respuesta es un claro y rotundo SÍ.
Los embistes destensados les dan la mano a instantes de tremolo picking. Además, no faltan los riffs ultra contundentes y muteados. ¿No hace falta que especifique de que estaba hablando ahora verdad?
Monstruosa la labor de Rubén con sus cuerdas vocales. ¡Qué barbaridad!
Brad no puede ser humano. Increíble su labor detrás del kit de tambores. Canjes de camino a troche y moche.
¿Temas a destacar? Buff, resulta realmente complicado hacerlo. Haciendo un esfuerzo titánico, me decanto por ‘Narcissistic Paraphilia’ y ‘Dysmorphic Autophagia’, mas podría nombrar a cualquiera del resto de las 10 canciones que forman el disco.
Han tardado, pero la espera ha merecido la pena.
Nota: 10
Autor: Chus
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