El barco se hundía, y nadie podía hacer nada para impedir la catástrofe. Supongo que el estado de caos y pánico generalizado no nos dejaba pensar con claridad. Hubo quien a la desesperada se tiró por la borda y echó a nadar. Otros como yo, siendo completamente conscientes de la situación, nos sentamos a esperar lo inevitable. El resto, tan solo gritaban desesperados. No había botes salvavidas. Esto significaba que cada alma que embarcó iba a perecer. Cuan fútil llega a ser la vida. Ahora que estoy a punto de morir ahogado, solo puedo pensar en el tiempo que he desperdiciado. Ojalá me hubiese preocupado más por mis seres queridos y menos por tener cosas que en realidad no necesitaba…
Bienvenidos al universo de Nydvind.
El 18 de enero de 2018, Malpermesita Records editó el teercer L.P de los Pagan metaleros Nydvind llamado «Tetramental I – Seas of Oblivion».
El combo lo forma: Stig (batería), Hingard (guitarra y voz), Nesh (guitarra, bajo en estudio), Loic (bajo para los shows en vivo).
Señores, no hay una persona menos indicada que yo para hacer una reseña de «Metal Pagano». Siempre lo he considerado que es como un Black Metal ultra edulcorado, carente de maldad y con mejor producción. No voy a engañaros, el redondo que hoy protagoniza esta reseña me ha aburrido hasta límites insospechados. No obstante, voy a intentar hacer el titánico esfuerzo de ser lo más objetivo posible y no ensañarme sin motivo. A ver, las canciones están cargadas de melancolía. Los desarrollos de las susodichas no son ni mucho menos malos, todo lo contrario. Aunque no paro de preguntarme el por qué han estirado tantísimo su minutaje. He sentido como que estaban alargadas porque sí, consiguiendo que me desesperase aún más. Lo que es completamente innegable es la solidez compositiva y el buen sentido de la melodía de los de Francia. El sonido es nítido, pudiéndose entender cada nota sin problema alguno. Respecto al artwork, creo que representa realmente bien lo que contiene el disco en cuestión.
Las seis cuerdas se mueven entre dobles armonías e instantes disonantes. El uso del tremolo picking está presente, al igual que pinceladas acústicas y pausadas.
Hingard usa todos los registros vocales habidos y por haber. Los predominantes shrieks comparten espacio con puntuales growls e instantes de clean vocals.
El bajo tan solo sigue a las seis cuerdas, aunque al menos suena y no pasa a un segundo plano.
Con la percusión, los mid tempos mandan. La celeridad está metida a cuentagotas.
Destacaría ‘The Dweller of the Deep’ por ser la más salvaje de todas.
Lo siento, pero no puedo darles mucha nota a los franceses. No son ni mucho menos mediocres, y estoy seguro que gustará a los amantes de este tipo de propuestas. Así que ya sabéis, si os va el rollo no dudéis en catarlo. Aunque, si al igual que yo lo detestáis, mejor no os acerquéis.
Nota: 5
Autor: Chus
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