Soy lo suficientemente viejo como para recordar el mundo tal y como era antes. Parece cosa de ciencia ficción, pero una vez tuvimos grandes edificios, electricidad y agua potable dentro de los hogares. Eh y que me decís de Internet, ¿os acordáis? …. Ahora es como vivir dentro de una película de Mad Max. ¿Sabéis a lo que me refiero no?, tercera guerra mundial, explosiones nucleares y esas cosas. La verdad es que estábamos abocados a algo así. No quedamos demasiados después de aquello. Ahora, al menos le damos valor a las cosas que realmente tienen importancia y no a ese papel verde que durante generaciones controló nuestra existencia…. Ay…. ojalá tuviese algo que echarme a la boca. ¿Podéis ayudarme? ….
Bienvenidos al universo de Carnifex.
Nuclear Blast lanzó el 2 de agosto de 2019 el séptimo trabajo de Carnifex llamado «World War X».
Su alineación la conforma: Shawn Cameron (batería), Scott Lewis (voz), Fred Calderon (bajo), Cory Arford (guitarra), Jordan Lockrey (guitarra).
Siete discos ya… Madre mía como pasa el tiempo. Recuerdo cuando los descubrí más o menos por 2009 o 2010. O sea, en la era que va a caballo entre «The Diseased and the Poisoned» y mi favorito de todos «Hell Chose Me». Desde entonces les he seguido la pista. Cada uno de los plásticos que han ido editando me han volado la cabeza en mayor o en menor medida, y este último desde luego no es ninguna excepción. La calidad del quinteto americano creo que está fuera de toda duda. Lejos de anquilosarse ofrendando siempre lo mismo, han sabido con el paso del tiempo añadir matices nuevos a su fórmula compositiva, sin que por ello hayan renunciado a sus raíces. Pero bueno, ya está bien de tanto divagar. Hablemos del Long Play que hoy protagoniza la reseña que ahora estáis leyendo. En resumidas cuentas, os tropezaréis con unos 35 minutos aproximados de un Deathcore tremendamente bien elaborado – ¿o debería decir Blackened Deathcore?- que hará que vuestras vértebras lleguen a quebrarse de forma definitiva. Si tuviese que poner alguna pega, esa sería sin duda el uso de los teclados. Cierto es que le da un toque sinfónico, pero para mí sobran por completo. La producción es cristalina y contemporánea, perfecta para el tipo de «ruido» radical que ejecutan. Tal vez el talón de Aquiles sea la portada. Un artwork muy soso, al menos para este humilde redactor.
Tan letales como trepidantes llegan a ser las seis cuerdas. Los riffs, fluidos y destensados no dejan títere con cabeza. Por supuesto, no dejan atrás las dobles armonías ni los ataques de tremolo picking. Asimismo, algo de «Metal Muerto Melódico» hay por ahí desperdigado, aunque de forma anecdótica. Por cierto, ojito a los precisos solos.
Poco puedo decir de la labor de Mr Lewis que no se haya dicho ya. Este hombre maneja a la perfección tanto los growls de corte profundo como los guturales agudos rasgados. En el primer single ‘No Light Shall Save Us’ cuenta con la ayuda y las clean vocals femeninas de Alissa White-Gluz, actual garganta de Arch Enemy.
Los parches son exageradamente dinámicos. Los «golpes relámpago» os dejarán asfixiados, mientras que los break y mid tempos terminarán de romper todos y cada uno de vuestros huesos.
Gracias a Odín, estamos ante una obra donde no hay temas de relleno ni mediocridad ni tonterías varias. El L.P es tan compacto, que creo que la mejor manera de disfrutarlo es escuchándolo en su totalidad de un tirón. En conclusión, los de California lo han conseguido de nuevo. No seáis tontos y echadle un oído.
Nota: 8,5
Autor: Chus
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