…Entonces, la alargada figura se despojó de su roída túnica negra. La visión resultó tan escalofriante que algunos de los más valerosos guerreros que allí se hallaban salieron huyendo de puro pavor. El cuerpo de aquella cosa estaba formado por un cúmulo de cadáveres agonizantes. En su pútrida mano derecha tan solo portaba una gigantesca guadaña. Estaba a punto de segar las vidas de todo un batallón. Pronto, la Tierra sería gobernada por la mismísima Muerte…
Bienvenidos al universo de Thrashfire.
El 10 de octubre de 2019 Xtreem Music lanzará el segundo L.P de Thrashfire llamado «Into the Armageddon».
El grupo está compuesto por: Burak Tavus (guitarra y voz), Okan Özden (bajo y voces), Gürkan Güvendik (batería).
De verdad, ¿soy yo el único que ve vacío y carente de talento a la nueva generación de bandas de Old School Thrash? La falta de personalidad y frescura en casi todas ellas llega a resultar francamente insultante. Ahora bien, vamos a comentar el nuevo disco de los turcos, que para eso es la reseña que ahora estáis leyendo. Bueno, ya solo con ver el nombre del power trio se sabe que la autenticidad brilla por su ausencia. Lo que encontramos al darle al play al susodicho álbum no es otra cosa que una colección de temas que fácilmente podría haber sido firmada por cualquier otro de los conjuntos salidos desde el año 2000 en adelante. Cierto es que la ferocidad y la intensidad no faltan. Incluso existen momentos de «sorpresa», gracias a leves toques de «golpes relámpago» o unas cuatro cuerdas que ganan protagonismo si es necesario. Precisamente esto que acabo de decir es lo que los salva de la quema, porque por lo demás no dicen mucho. Cambiando de tercio por completo, la producción es nítida y poderosa. A su vez, el artwork resulta completamente asesino y llamativo. Menos mal que no usan el típico tono de verde nuclear en la portada…
Venga a ver, ¿cómo pensáis que serán las seis cuerdas? Efectivamente, fluidas y punzantes, con inclusiones de pesadez cuando hacen falta y anecdóticos embistes de tremolo picking. Los solos no destacan demasiado, simplemente cumplen.
Los registros vocales son desgarrados y agresivos. Es de agradecer que Burak no se dedique a meter voces agudas limpias.
Ya lo comentaba un poco más arriba. El bajo llega a tener sus momentos de gloria. Ojalá este instrumento fuese más explotado en todos los géneros.
A toda mecha van los tambores. Los up tempos mandan y no vuestra banda.
Recalcaría ‘Through the Crimson Darkness’ y ‘High Heel in the Hell’ por resultar las canciones «menos» típicas del plástico.
A los actuales thrashers, y a los amantes más recalcitrantes del estilo en cuestión, es muy posible que les haga gracia este lanzamiento. Si estáis dentro de este perfil, no dudéis en echarle un oído.
Nota: 6
Autor: Chus
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