Ojito con el nuevo trabajo de los Doom Death metaleros Sun Of The Dying llamado «The Earth Is Silent». El disco verá la luz el próximo 29 de noviembre de 2019 y si os va el género que practica la banda no os lo podéis perder. Broken Tomb se enorgullece en no solo ofreceros su respectiva reseña, sino también esta suculenta entrevista a la banda, realizada por nuestro redactor Chus.
- Muchas gracias por prestaros contestar esta rueda de preguntas y enhorabuena por vuestro nuevo trabajo. Como sois un conjunto relativamente nuevo, creo que la siguiente pregunta es tan manida como necesaria. A ver, ¿cómo y cuándo se formó el grupo?
Sun of the Dying nació como un proyecto paralelo de Casuso (guitarra) con el anterior cantante, Lavín, allá por 2013. Con el tiempo se unieron los demás y la banda tomó personalidad propia. La formación actual no quedó cerrada hasta justo después de lanzar el primer disco. El proceso ha sido largo y los miembros han venido de bandas y estilos muy dispares. Creo que esto ha enriquecido mucho nuestro estilo y a nosotros como músicos.
- Metiéndonos ya en vuestra más novedosa obra, ¿qué nos podéis contar sobre las sesiones de grabación?
Si en el anterior disco las cosas fueron un poco más sobre la marcha, en este trabajo intentamos cuidar bastante todo el proceso desde el principio. Preparamos una demo para ajustar tempos, concretar partes… Grabamos todos los teclados y orquestaciones en el home studio de David (teclista), entonces con lo ya trabajado y las claquetas entramos en The Empty Hall, un estudio madrileño especializado en Metal Extremo del que teníamos buenas referencias. Una vez allí lo grabamos todo bastante deprisa: teníamos claro qué queríamos y Simón, el propietario de The Empty Hall, y su equipo nos pusieron las cosas fáciles y aportaron su buen hacer. Por suerte, todo fue bien y, más o menos, cumplimos el calendario que nos habíamos marcado.
- ¿Habéis quedado completamente satisfechos con el resultado final?
Estamos muy contentos. Siempre hay alguna cositas que, con el tiempo, piensas que habrías hecho de otra manera, pero un disco es el producto de un momento en concreto y ‘The Earth Is Silent’ refleja muy bien lo que es Sun of the Dying ahora mismo. Tenemos la sensación de que hemos hecho algo con cuidado y dedicación. El resultado a nuestro juicio es más que satisfactorio.
- ¿Cuál es vuestro método compositivo?
No podemos decir que tengamos un método habitual de creación de canciones. A veces empezamos a hacer una jam en el local y acaba saliendo una canción, otras veces alguien viene con una idea, o incluso con una canción terminada que funciona tal y como está. Lo único imprescindible es que todo se testea y se mejora en el local de ensayo. Somos, ante todo, un grupo de directo, y, si vemos que algo no funciona con los seis miembros de la banda tocando esa idea se desecha. No nos gusta depender de bases pregrabadas ni claquetas: esta forma de trabajar hace que cada concierto sea especial, los tempos cambian según las sensaciones que tenemos cada vez. En realidad, a pesar de utilizar en disco tanta orquestación, sobre el escenario somos una banda muy old school.
- ¿Qué diferencias creéis que existen entre vuestro debut «The Roar of the Furious Sea» y «The Earth Is Silent»?
La diferencia fundamental está en el tratamiento que se le ha dado a las canciones. Los temas de “The Roar of the Furious Sea” y de este nuevo disco conviven en nuestro repertorio de manera muy natural, y no hay una clara diferencia estilística entre ambos. No obstante, como decíamos, cada disco es producto de su tiempo, y cuando grabamos el primero nos faltó tiempo para arreglarlo como lo hemos hecho ahora. Además, y más importante, la formación no era la misma, y el trabajo de Yuste al bajo y de Eduardo a las voces se nota en cada segundo del trabajo. Edu es un cantante muy versátil que es capaz de hacer voces limpiar preciosas y guturales tremendos, y eso ha enriquecido mucho nuestras canciones: en este disco ha quedado registrado, pero las canciones del primer plástico también han ganado enteros en directo.
Creemos que era nuestra evolución lógica, no quedarnos atrás en la sencillez compositiva y dar un paso más allá aunque arriesgándonos en alguna parte. El resultado nos tiene totalmente abrumados, pues ha superado las expectativas que teníamos y, pese a cosas que comentábamos antes que se podrían mejorar, nos sentimos muy orgullosos de todo este enorme trabajo que ha supuesto «The Earth is Silent». Es un disco que se apoya en lo que hacíamos en el anterior para ir un paso más en todos los sentidos. No solo en la producción, sino en la composición en sí misma, en la naturaleza de los temas, y en lo que pretendemos transmitir con nuestra música.
- ¿Qué os inspira a la hora de crear música?
El Doom Metal es una música 100% catártica, te permite sacarte de encima toda la mierda que se acumula y creo que nos permite mantener un mínimo de salud mental (risas). No es que tengamos una fuente de inspiración clara, pero intentamos sacar algo creativo de lo que nos pasa, lo que sentimos… Y también tomamos mucho del cine y la literatura. El nuevo disco tiene unas cuantas referencias literarias: A Dying Light tiene fragmentos de un poema de Dylan Thomas, When the Morning Came tiene mucho de “The Road” de Cormac McCarthy, Lovecraft está presente en cada paso que damos, Neil Gaiman… Y, obviamente, de la música que escuchamos, que es muy variada y dispar dentro de cada componente.
- ¿Qué tema del actual L.P define mejor lo que sois como banda en pleno 2019?
Aunque cualquiera podría representarnos, quizá Monolith sea la más completa. Tiene de todo: partes muy Doom, latigazos de velocidad, orquestaciones, voces limpias, berridos y hasta algo de Jazz. Quizá el culmen compositivo pueda ser White Skies and Grey Lands, puesto que el componente emotivo se ha juntado con el gusto por la melodía y las dinámicas. De todos modos, es difícil, nos cuesta quedarnos sólo con una.
- ¿Cómo veis la salud de la escena de vuestra ciudad?
Uf, resulta un poco arriesgado hablar de escena. Madrid está repleto de bandas excelentes, y, en comparación con otras ciudades españolas, no nos podemos quejar en cuanto a cantidad y calidad de salas. Pero tampoco estoy seguro de que haya un circuito o una base de público que pueda asumir toda esa oferta. En España el underground está mucho más escondido que en otros países, y para un grupo pequeño resulta complicado hacerse un hueco en un cartel importante. No obstante, en cuanto a calidad de grupos, sin duda estamos viviendo un época maravillosa.
Por desgracia la «escena» está supeditada al mercado y, aún siendo una ciudad tan grande, al final se reduce el movimiento a cuatro o cinco grupos de personas que mueven esta música. Pena que el oído del consumidor medio de música quiera oír más lo ya escuchado que las cosas que están por venir (de ahí tantas bandas dedicadas a versionar), pero aunque haya más infraestructura y posibilidades para ellos aquí estamos para revitalizar un poco el cotarro.
- Tal y como están las cosas en la industria musical, ¿pensáis que el formato físico acabará por desaparecer?
Hace bastante más de veinte años que al vinilo se le dio por muerto y ahora encontramos vinilos en cualquier tienda de música convencional. No creo que vaya a desaparecer como tal: el tipo de consumo cambia, y el formato físico se acaba convirtiendo en un objeto para coleccionistas, con menos producción, pero con un consumidor más exigente.
Como le pasó a otros formatos (y que ahora han vuelto reinventados), quizá el concepto de disco compacto como consumo masivo está de capa caída. Si bien antes era (casi) la única forma de acceder a la música, ahora hay decenas de portales digitales, que no conocen de fronteras. Esto creemos que a las pequeñas bandas nos beneficia para que nuestra música llegue a cualquier rincón del planeta. El formato físico debe ser una carta de presentación, una declaración de intenciones y de la personalidad del grupo que no hay que perder. De esta forma podrá contener un valor emocional y convertirse en un símbolo, un objeto de colección, y no una cajita de plástico sin valor.
- Para finalizar, ¿qué le diríais a los lectores de Broken Tomb que aún no os conocen para animarlos a que os den la oportunidad que merecéis?
A los que no se han acercado al doom todavía, que vengan con la mente y el corazón abiertos así como un paquete de pañuelos. Los sentimientos están a flor de piel en este nuevo álbum. Al compañero de batalla dentro de este mundo tan opaco como lo es este estilo musical y venga con todo el bagaje sonoro nos gustaría que apreciara los recuerdos del doom de los noventa con tintes del sonido actual. Creemos que no va a dejar indiferente a nadie.
Y que no tengan prejuicios: la primera vez que escuché doom / doom-death no sabía lo que era. Al escucharlo, me quedé sobrecogido y descubrí una música llena de empatía y emoción de la que nadie me había hablado. ¿Por qué nadie lo había hecho antes? Que no les pase a los lectores.
Autor: Chus
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