Crítica: Witch Trail – The Sun Has Left the Hill (2019)


La luz entraba en la habitación rellenando con su resplandor hasta el más mínimo hueco. Mientras, tirado en el suelo, estaba Rob. Se levantó de forma dificultosa, poniéndose el dorso de la mano derecha en los ojos para evitar deslumbrarse. Tapó con las gruesas cortinas el gran ventanal. Suspiró de forma profunda mientras las lágrimas comenzaban a recorrer una vez más su rostro. Ella se había ido para siempre. El maldito cáncer la consumió y ni toda la fuerza de voluntad y tratamientos del mundo pudieron salvarla. Se sentía solo y vació. ¿Qué sentido tenía seguir viviendo sin ella? No tenía hijos, y bien pensado tampoco había nadie que lo echase de verdad de menos. Sus padres murieron hace años y gracias a su carácter tímido e introvertido no tenía amigos reales, tan solo conocidos que a veces se aprovechaban de él. Ya había tomado la decisión y nada ni nadie podía impedir que al caer la noche se reuniese con su amada…
Bienvenidos al universo de Witch Trail.

El segundo trabajo de los Post Black metaleros Witch Trial verá la luz el 15 de noviembre de 2019 bajo el título de «The Sun Has Left the Hill». Los sellos encargados de su edición, no son otros que Consouling Sounds y Babylon Doom Cult Records.

Su line up es: Hendrik Vanhove (bajo), Jeffrey Andreka (guitarra), Laurens Jan Oostrom (batería y voz).

¡Por el amor de Odín!, ¿¡esto qué es!? Frescura en estado puro señores. Puedo prometer y prometo que jamás había oído algo similar. El power trio de Bélgica crea una música única donde unen sin remordimientos el Black Metal más sanguinario con el Rock Alternativo. Sí, habéis leído bien. Lo mejor de todo, es que el resultado es increíblemente bueno. No obstante, los más trues del estilo en cuestión que no se acerquen porque les parecerá un sacrilegio sonoro. La producción es aguda, sucia en su justa medida y orgánica. Asimismo, la portada, bastante sosa, se sale de los topicazos que se ven en el mundillo de los «ruidos» radicales.

Como ya decía un poco más arriba, en las seis cuerdas la originalidad manda y no tu banda. La mixtura entre ambos mundos tan dispares comentados debidamente con anterioridad es totalmente perfecta. Los riffs resultan a partes iguales «rockeramente» enérgicos y espeluznantemente agresivos. El punto de dramatismo está presente, al igual que los ataques de tremolo picking y las disonancias.

Iracundos hasta decir basta son los registros vocales de Laurens. ¿Queréis tonos limpios?, pues será mejor que os vayáis a por alguna formación de Melo Metalcore.

El bajo atruena con su crujiente y constante presencia. Tal vez no haga nada especial, pero solo porque se hace notar ya es digno de mención.

Equilibrio total entre celeridad y pesadez. Lo mismo os destrozan con mid tempos decadentes que os despellejan a base de la velocidad más demencial.

Llamaron especialmente mi atención ‘Sinking‘, ‘Watcher‘ y ‘Afloat‘. Cuando las catéis sabréis por qué.

Da gusto tropezarse con cosas buenas y diferentes. Recomendado para aquellos que tengan la mente abierta.

 

Nota: 8
Autor: Chus

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