El 12 de octubre de 2017 los mejicanos seguidores de thrash con toques speed Strike Master autoeditaron su quinto larga duración utiizando su mismo nombre para darle título.
Strike Master son: Francisco Kamou (guitarra y voces), Ricardo Huerta (batería) y Antonio Choy (bajo fretless de cinco cuerdas como músico de sesión)
El thrash es un género que puede compararse con un lapiz demasiado utilizado en el tiempo y al cual le queda escasa punta a la que seguir sacándole partido sonoro. Así, aparecen otros lápices nuevos pretendiendo ocupar ese lugar de aquellos combos clásicos consagrados e imborrables en la mente de todo buen seguidor que se precie. Sin embargo y muy a nuestro pesar, la nueva escritura musical no consigue alcanzar los radiantes tonos de antaño, quedando en la mayoría de las ocasiones en un intento baldío para recuperar la fuerza incontenible de la edad de oro del «metal apaleador». Ocurre en parte con los protagonistas de este «broken» a la hora de fijarnos en su música, siendo inevitable comparaciones con añoradas épocas pasadas. Pero aún así se percibe la aportación de elementos frescos que se apartan de la uniformidad de la que adolece el thrash actual. En cuanto a la producción de este asalto, resulta algo modesta sobre todo en el golpeo de la batería, al no alcanzar la potencia deseable. La portada es muy minimalista, de fondo en negro y las iniciales estilizadas del grupo en dorado, recordando por grafía al «S&M» de Metallica. Viene el despiece.
Las guitarras crean riffs pegadizos de medio tiempo, sorprendiendo unos favorecedores momentos rápidos a lo largo del disco. Los solos son siempre bienvenidos y aquí figuran como detonante para sentir el thrash de la vieja escuela sin rodeos ni experimentaciones. Cómo excepción a ésto, uno de los temas recomendados que os señalaré más tarde rompe con tal linealidad.
La voz de Francisco cumple con el canón vocal predecible. Agresividad y contundencia, El agudo sostenido que se marca en la canción ‘Born Horrible‘ cerrando el redondo se sale de la norma.
La batería es la parte más mejorable de lo escuchado. Se echa en falta mayor potencia aunque no por ello su labor sea del todo criticable ya que marca las pautas rítmicas con suficiencia a lo largo y ancho del disco.
El bajo es caso aparte. Gracias a Kali, Antonio se explaya en la generación de partituras imaginativas y refrendadoras de lo que puede aportar las cinco cuerdas fretless con un sonido especial, atractivo y talentoso. Se palpa en cada tema esa magia que no obtruye sino que desbloquea nuestros sueños sonoros. A propósito, también se le puede disfrutar en el proyecto musical de death americano Fire for Effect en el ep «Artillery Unleashed».
Señalo los temas ‘The Mortarist‘ debido a su hipnótica parte lenta, la celeridad endiablada de ‘Machines of Mercy, As I March‘ como composición más elaborada y la sorpresa del compacto referida más arriba en el apartado de las guitarras ‘Chant of Falcons‘ con voz levemente distorsionada, acompañamiento coral y reminiscencia guitarrística de los míticos Pantera!
El seguidor de thrash tiene en Strike Master una oportunidad que sin ser innovadora posee argumentos más que sólidos para satisfacer sus necesidades.
Nota: 7.
Autor: Suicider.
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