El 31 de enero de 2020 el dúo francés adoradores de death Ad Vitam Infernal publicaron su primer larga duración «Infernal Comedy» por obra y gracia del sello checo Lavadome Productions.
Ad Vitam Infernal lo componen Jérôme Mahé (guitarras, bajo y batería programada) y Samuel Girard (voces y batería programada).
Es la tercera ocasión que realizo un «broken» de profesionales de metal extremo perteneciente a la discográfica Lavadome Productions después de la primera con los alemanes Maere y la segunda en una más edificante experiencia sonora con los australianos Tzun Tzu, en una labor de los de Chequia merecedora de aplauso por preocuparse en alumbrar propuestas de reincidencia death. Así, al igual que con aquéllos el «metal muerto» es el género elegido por los músicos desde el que crear pinturas psicológicas enlazadas con imaginería recreadora de una vida de infierno desde un punto de vista (creemos…) figurado. La producción desprende fuerza y cuidado al distribuir las pistas de sonido en canales de limpia densidad sonora. La portada es interesante, con visos de arte expresionista en tonos ocres, mostrando una imagen panorámica del abismo de fuego en el que caen aquellos incautos tentados (y barridos) por el mal en la tierra. Criaturas indefinibles rodean con su batir de alas los cuerpos prestos a ser pastos de las eternas llamas impurificadoras. El logo del grupo luce perfecto, inyectado en un rojo de evocadora pesadilla. «Infernal Comedy» hace alusión en un sencillo intercambio de términos, cómo no, a la inmortal Divina comedia del florentino Dante Alighieri, escrita entre 1302 y 1324, fecha del óbito del poeta italiano. ¡Y que aún haya quien diga que el metal extremo no es cultura!
Las guitarras suenan iracundas, repletas de azufre y sulfuro. Los riffs recorren ritmos surtidos desde muy veloces hasta pausados en una variedad heterogénea. Encontramos igualmente seleccionados rasgueos en limpio bien implementados. Los solos proporcionan momentos álgidos a las seis cuerdas ya sean únicos o desdoblados en una espiral de insania diabólica. Reprochable el hecho de que nos recuerden en exceso sus partituras guitarrísticas a los magicamente oscuros hermanos Hoffman de Deicide y que no estén presentes en todos los cortes tales solos, siempre esperados por los ávidos seguidores de su sonido.
La voz adopta un timbre gutural proveniente del baldío paraíso arrasado por las llamas de un odio espiritual e inhumano. Alaridos puntuales vienen a recordarnos que el dolor es un premio sólo destinado a los extremauncidos por la inconsciencia sobrenatural. La presencia de estratégicas voces en limpio en ‘Object‘ e ‘Insane Prayer‘ -sobre todo en ésta- emborrona el trabajo vocal de Samuel resultando contrariamente anticlimático.
La batería aún siendo programada se defiende bien a los parches, doble bombo y platos. El sonido de golpeo no llega a alcanzar las cotas de exudación deseadas y en ocasiones el bombo ejecutado sin ser doblado pierde calildad emocional. Hay momentos brillantes como en ‘Object‘ y en ‘Rise! Our Souls…‘ donde la técnica llega a soprender por su pureza instrumental.
El bajo apenas toma cuerpo en determinadas ocasiones de la obra. Parece que no está pero se intuye su faceta rítmica escondida entre los pliegues de su volátil pista de sonido. A modo de anécdota, en los temas ‘Object‘ y en ‘God Shall Not Take Your Hand‘ en parte se zafa de su apesadumbrada insignificancia. Nulo consuelo para los degustadores de las líneas de bajo procuradas con sentido y sensibilidad apropiadas.
Recalco los temas ‘Ad Vitam Infernal‘ por ser la puerta de entrada al tártaro sin desvios contraproducentes, ‘Abject‘ con su parte central de inopinado signo doom y ‘Hell Hunger‘ al ofrendarnos un agradecido momento de devaneo thrash, siendo el mejor número en conjunto ‘No Sides‘ como amplio ataque sonoro de franco salvajismo.
Un redondo de «metal muerto» hecho con las trizas de almas condenadas en una sucesión de asumido terror intersticial.
Nota: 7
Autor: Suicider
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