La agrupación que hoy nos convoca, Carach Angren, es una banda de black metal sinfónico originaria de Landgraaf, Limburg, Holanda, y su fecha de conformación data de 2003, manteniéndose activa hasta el presente.
Su formación actual, la originaria, es la siguiente: Seregor en guitarra y voces, Ardek: Keyboard, guitarra, bajo, instrumentos de orquesta, y coros, y Namtar en batería. Para la producción que hoy nos ocupa, «Franckensteina Strataemontanus», emplearon además a Nikos Mavridis, quien hizo el solo de violín en los tracks 5 & 10.
En cuanto a la lírica, Carach Angren gusta definirse como una banda de horror metal, ya que sus letras tratan inevitablemente de fantasmas, historias siniestras y relatos de horror, como el álbum que comentaremos hoy, que relata la historia del ocultista necrófilo alemán de los siglo XVII-XVIII, Johann Conrad Dippel, cuyas polémicas experimentaciones con cadáveres fueron la inspiración de Mary Sheller para su relato de «Frankenstein o El Moderno Prometeo».
En el tiempo que llevan de conformación, esta agrupación holandesa ha logrado editar los siguientes álbumes de estudio:
«The Chase Vault Tragedy» (Demo, 2004), «Ethereal Veiled Existence» (EP, 2005), «Lammendam» (Full-length, 2008), «Death Came Through a Phantom Ship» (Full-length, 2010), «The Ghost of Raynham Hall» (Single, 2011), «Where the Corpses Sink Forever» (Full-length, 2012), «This Is No Fairytale» (Full-length, 2015), «Dance and Laugh Amongst the Rotten» (Full-length, 2017), «Monster» (Single, 2020), «Der Vampir von Nürnberg» (Single, 2020), «Operation Compass» (Single, 2020), y, finalmente, el disco que nos ocupa hoy: «Franckensteina Strataemontanus» Full-length que viera la luz el pasado 26 de junio.
En cuanto al sonido, no se trata de un disco de género «puro», si no mas bien de una muy bien lograda fusión entre el black metal y la música académica.
Desde mi punto de vista, pienso que habría que sacarse el sombrero y la verdad es que no podría ser mejor, en cuanto a la atmósfera creada, es realmente escalofriante y siniestra, oscura y aterradora. Hay una feliz combinación del black metal con elementos sinfónicos, para crear una sensación espeluznante, se destaca, por sobre todas las cosas, la guitarra, como era de esperarse, oscura, cargada, distorsionada, y en algunos tracks, como el 11, también destaca el violín.
El bajo, como corresponde a todo buen black metal, no se percibe mucho, aunque en algunas canciones, como ‘Franckensteina Strataemontanus‘, track nº 3, inicia el tema con un corto solo. La batería, en general es lenta, pero, en algunas canciones, como el mencionado track 3, adquiere cierta velocidad con el uso del doble bombo. También en este trabajo discográfico se utilizan otros instrumentos como los teclados,
En cuanto a la voz, exceptuando el primer tema, una especie de introducción recitada, donde se emplean las voces limpias, en el resto del disco se utiliza el gutural en forma de growl.
En lo personal, el disco me fascinó, lo considero fresco y novedoso, si bien a los fanáticos mas conservadores este trabajo discográfico les parecerá «demasiado» novedoso, yo lo encuentro más que interesante, tal vez se abandonen un poco las características del black metal puro al combinarse con la música académica, pero considero que lo que se gana en complejidad del sonido, bien vale la pena. Además de estar muy bien ejecutado su performance instrumental. el disco aporta una música interesante, que renueva el black metal y lo aleja del estancamiento.
No lo recomendaría a fanáticos excesivamente conservadores, pero para los amantes de las fusiones en el metal extremo, este disco les encantará.
Nota: 9
Autora: Irene Adler
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