Crítica: Pillory – Scourge upon Humanity (2020)


Pillory es el proyecto musical de un solo hombre: Darren Cesca (Arsis, Burn in Silence, Goratory) orientado mayoritariamente al Technical Brutal Death Metal. Originado en  Boston, Massachusetts, Estados Unidos en el año 2003, ha tenido actividad de manera intermitente, manteniéndose activo entre los años 2003 a 2008 y desde 2014 al presente, abordando temáticas relacionadas con la eugenesia, la misantropía, la ciencia ficción y el humor en las letras de sus canciones.

A pesar de los altos y bajos en su trayectoria musical, han logrado editar tres discos de larga duración: «No Lifeguard at the Gene Pool» (Full-length de 2005), «Evolutionary Miscarriage» (Full-length de 2014) y finalmente, su LP: «Scourge upon Humanity», lanzado el pasado 18 de diciembre de 2020 bajo la etiqueta de Unique Leader Records, y que, además, es el disco que nos ocupa hoy.

Sobre el Elepé, Darren Cesca comenta:

«Este disco fue escrito y compuesto de una manera muy orgánica. Cada instrumento pasa por una amplia gama de cambios de tiempo y tempo para ayudar a contar la historia. Cada álbum de Pillory para mí es una experiencia experimental, extrema, grindy, death metal. Disfruta el viaje «.

El álbum presenta once pistas arrolladoras con ritmos desquiciados que combinan profundos chugs y blast beats brutales, todos ejecutados con una meticulosidad casi quirúrgica para hacer un death metal intenso, con constantes cambios de ritmo y tiempo, con estructuras musicales complejas, variadas y elaboradas donde se deja sentir la influencia del jazz.

Las guitarras resultan zumbantes, extremadamente pesadas, distorsionadas y muy veloces, los riffs son graves y agresivos. La batería también se siente muy pesada, veloz y potente. El bajo en concordancia con el doble pedal de la batería, y las voces dominadas en casi su totalidad, por el gutural, mayoritariamente es en su modalidad growl, pero ocasionalmente se intercalan chillidos agudos y abundantes pig squeal para ponerle el broche de oro a este combo brutal.

Algunos detalles a destacar dentro de una composición que, si bien se mantiene en el género del brutal y la carencia de melodías es su denominador, exhibe algunos elementos que cabe destacar por salirse en general de la monotonía del género puro, estos detalles son la adición de fragmentos melódicos y con instrumentación limpia, es decir, sin distorsión, en el track 4, un fragmento de percusión y guitarra, una introducción sinfónica para el track nº 6, con violines, piano y mucha melodía y hasta un coro sacro, sonidos electrónicos, semejantes al de interferencia, en el track nº 7, el mismo tipo de ruido como final y cierre del tack nº11.

Mi opinión sobre este disco es que es muy bueno, el sonido de la One Man Band cumple con las expectativas exigidas al género: complejo, brutal y extremo, el desempeño instrumental se percibe como competente, la música en su conjunto suena agresiva y radical, exactamente lo que un asiduo y frecuente público de metal extremo espera cuando se le menciona una banda de brutal death metal. A ese público les recomendaría este lanzamiento, al consumidor frecuente de metal extremo, quienes sabrán apreciar la complejidad y profundidad del álbum

Nota: 8
Autora: Irene Adler

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