El álbum que hoy nos convoca es el cuarto larga duración de la banda de post metal y metal progresivo Dawnwalker, «Ages», que fuera puesta en el ruedo discográfico como lanzamiento independiente el pasado 4 de diciembre de 2020 en formato digital.
Dawnwalker, es una banda originaria de Londres, Inglaterra, Reino Unido, formada en 2011 que se halla activa hasta la actualidad. Abordando principalmente el género conocido como post metal y post rock y con un elenco rotativo de músicos, pero encabezada por Mark Norgate como el compositor principal. Su música mezcla metal moderno con influencias extremas y progresivas en un sonido propio.
En los años que lleva como formación musical, han logrado desarrollar la siguiente producción discográfica: tres EP: «Dawnwalker» (EP de 2014), «Mandala» (EP de 2015), «Crestfallen» (EP de 2020), y cuatro LP: «XIII» (Full-length de 2012), «In Rooms» (Full-length de 2016), «Human Ruins» (Full-length de 2018), y el disco que hoy nos convoca: «Ages» (Full-length de 2020) que fuera grabado y mezclado por Joe Clayton en No Studio en Manchester, Inglaterra y masterizado por Brad Boatright en Audiosiege en Portland, Oregon,
«Ages», con las ocho canciones que conforman el lanzamiento, es una verdadera continuación para «Human Ruins» de 2018 y en él la banda profundiza las composiciones de larga duración,. produciendo canciones de metal progresivo y extremo de más de 10 minutos. Proyectándose y transmutándose en diferentes estados de ánimo, «Ages» cuenta la historia de un mundo agonizante, reflejo del nuestro, y de las señales de advertencia que día a día pasan desapercibidas.
En cuanto al sonido, se trata de un estilo musical que tiene sus raíces en el metal extremo pero explora enfoques más allá de las convenciones del género. A menudo emplea la extrema pesadez del doom metal, pero también se ha asociado con la música ambient (presentada como fragmentos melódicos e instrumentales en cualquier momento de las canciones), noise (representado por sonidos no musicales tales como el sonido de estática o interferencia) y progresiva (presente en las estructuras y duración de las canciones), emplea la oscuridad y la intensidad del metal extremo, pero enfatiza la atmósfera y la emoción recurriendo a una amplia gama de otras fuentes musicales, para desarrollar una realización expansiva pero introspectiva. Generalmente suena pesado, agresivo y oscuro, mientras explora una variedad de enfoques musicales ajenos al heavy metal convencional y al metal extremo.
Con un ritmo y un tiempo extremadamente lentos, las canciones suelen ser largas, entre los seis y doce minutos (aunque tres canciones no superan los dos minutos), con estructuras libres y en capas, que descartan la forma de estrofa-estribillo-estrofa, clásica del heavy metal, en favor de crescendos . El sonido se centra en guitarras y baterías (que siguen un ritmo muy lento), sin embargo a cada instrumento se le da la misma presencia.
En su estructura, los temas se apoyan más en el post-rock y en el metal progresivo (del cual toman las estructuras complejas y variables, los cambios de ritmos y melodías, la instrumentalización atípica y la larga duración de las canciones) que en el heavy metal ya que las canciones suelen evolucionar hacia un clímax, repitiendo fragmentos o cambiando acordes, melodías, tiempos y ritmos.
A simple vista se percibe como la combinación de elementos de doom metal, sludge y black metal con elementos de post-rock y metal progresivo, siendo más «pacífico» que el metal pero conservando su aspecto oscuro (proporcionado por la afinación grave y distorsionada en las guitarras, lo que genera una sonoridad pesada, densa y cargada pero a la vez intensa). La voz áspera puede combinarse o variar entre el gutural, rasgado y agudo, conocido como shriek o el growl (por momentos), y el sonido limpio de voces, que se presenta como coros acompañados del sonido del gutural, que, en general, se exhibe como grito o gruñido y se parece a un instrumento adicional.
Resumiendo, el disco, a lo largo de las doce canciones del álbum, recrea un sonido oscuro, lento, agresivo e intenso, cercano al doom o al black metal, colocándolo en estructuras propias del metal progresivo, produciendo canciones largas, complejas, de organización interna libre y variable, a la que adiciona elementos, a modo de «retoques», del noise y el ambient metal.
El disco es novedoso, fresco y llamativo, es un buen lanzamiento, pero creo que la banda aun puede mejorar más. No es que el sonido no sea muy bueno, pero intuyo que esta agrupación puede superarse a si misma. Huelo un potencial no desplegado del todo aun, por eso mismo, se trata de una banda para seguirle el rastro y estar pendientes de sus producciones. Recomendada para los fanáticos del metal extremo melódico o el público más heterodoxo, ya que si bien presenta muchos elementos radicales, también hay otros menos convencionales que tal vez no conformen al público del metal extremo más conservador.
Nota: 8
Autora: Irene Adler
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