Crítica: Profanity – Fragments of Solace (2020)


Millones de años de prospera y pacifica civilización, llegó a su fin en tan solo unas horas. Las naves invasoras aparecieron en el cielo de repente. No hubo ningún intento de comunicación o dialogo, tan solo muerte. A pesar del gran tamaño y fuerza de los habitantes de Qarr, nada pudieron hacer frente al armamento de la raza conquistadora. Al acabar la contienda, usaron su carne como alimento y sus huesos para edificar lo que serían sus futuros hogares. Justo en medio del mundo, decidieron construir el templo en honor a Zard. Para ello usaron uno de los enormes cráneos de sus víctimas. Una nueva era había comenzado a costa del completo exterminio de una raza pacifica….
Bienvenidos al universo de Profanity.

El cuarto trabajo de los Technical Death metaleros Profanity, apareció el pasado 4 de diciembre de 2020 con el nombre de «Fragments of Solace». Ahora, un poco tarde eso sí, Broken Tomb os trae la oportunidad de leer su respectiva reseña.

La alineación del grupo es: Thomas Sartor (guitarra y voz), Armin Hassmann (batería), Lukas Haidinger (bajo).

Madre del amor hermoso, ¿el power trio alemán será consciente de lo increíblemente bueno que es? ¡Vaya obra maestra que se han marcado señores! El nivel de enrevesamiento e ira que desprende cada tonada es superlativo, convirtiendo al Elepé en cuestión en un clásico instantáneo de la música extrema más sesuda. Amigos, por mucho que intento sacarle alguna pega, no soy capaz. Si esto no es una obra maestra, que baje Odín y lo vea. Todo es perfecto, desde la composición y ejecución, hasta el artwork y la producción. Para más inri, resulta que Dave Suzuki, Martl Bauer y Terrance Hobbs colaboran en el Elepé. Ay señor, como me arrepiento de no haber catado antes el Long Play….

Las perpetuamente perfectas seis cuerdas os arrancarán la piel a tiras a base de complejidad, melodía e intensidad. Las dobles armonías son geniales y de los solos ni os cuento. Perfección en estado puro.

No hay la más mínima tontería ni experimentación innecesaria en los registros vocales. Brutales growls a troche y moche campan a sus anchas a lo largo de los aproximados 40 min que dura el plástico.

El bajo brilla con especial fulgor en ‘Progenitor of the Blaze‘, ‘Reckless Souls‘, ‘Where Forever Starts‘ y ‘Towards the Sun‘. Esplendida labor la de Lukas Haidinger.

Armin Hassmann no puede ser humano. Lo que hace tras su kit de tambores no es de este mundo. ¡Acongojante!

Obviamente, cada track es una delicatesen sin parangón. A pesar de ello, mi tonada favorita es ‘Towards the Sun‘.

Si no lo habéis hecho aún, ¡comprad ya el disco!

Nota: 10
Autor: Chus

Facebook

Bandcamp

Deezer

Instagram

Myspace

Página Oficial

Spotify

YouTube

 

Be the first to comment

Leave a Reply

Your email address will not be published.


*


Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.