El deseo de agarrar el esclavizador martillo porro que usaba de lunes a sábado durante diez horas diarias y destrozarle la cabeza era cada vez más intenso. Sentía tal odio hacia su jefe que a veces creía que acabaría volviéndose loco. Era un tipo arrogante. Le gustaba sentirse importante y humillarlo delante de los clientes. El ansia de sangre cesaba cuando llegaba a casa. Veía a su mujer y su primer hijo pequeño, y recordaba la razón de tanto sacrificio. Sin embargo, la razón terminó perdiéndose por completo en una espesa niebla de ira y odio. La mañana del 15 de noviembre de 1983, recibió una nueva burla de aquel malnacido. Levantó la pesada herramienta y de un solo golpe en la cabeza lo tumbó. La sangre fluía muy rápido por la enorme herida que le había causado. A pesar de ello, seguía consciente. Intentó hablar, aunque solo salían balbuceos inentendibles. Levantó la mano en señal de ayuda. Lo único que recibió fueron una serie de diez mazazos más. El cráneo se abrió como una nuez, desparramando los sesos por la zona. Los desprecios se acabaron para siempre. Minutos después del asesinato, la imagen de su recién formada familia lo asaltó. ¿Qué sería de ellos?…
Bienvenidos al universo de Metallica.
Una de las bandas más importantes del Metal Extremo (aunque desde hace mucho ya no lo sean) ha cumplido cuarenta años. Me estoy refiriendo a Metallica. El combo fue uno de los precursores de lo que en su día se llamó como Thrash Metal. Un estilo hace décadas estancado y plagado de absurdos e innecesarios clones de clones. Aunque no por ello menos importante dentro de la evolución de este mundillo.
Durante estas esquelas, me dedicaré a comentar su debut «Kill ´Em All», aparecido el 25 de julio de 1983 gracias a Megaforce Records, sin entrar en escarceos típicos como lo que ocurrió con Dave Mustaine y su innegable importancia dentro de la historia del conjunto, y concretamente de la creación y grabación del disco que protagoniza las esquelas de hoy . Tampoco me pararé a mencionar a otros ex componentes como Ron Mcgovney y Lloyd Grant, los cuales fueron parte del grupo durante poco tiempo.
El line up que grabó dicho redondo fue: James Hetfield (guitarra y voz), Kirk Hammett (guitarra), Cliff Burton (bajo), Lars Ulrich (batería).
Ríos de tinta se han escrito ante lo que a todas miras fue un Long Play revolucionario. A pesar de que otras agrupaciones como Exodus ya ejecutaban «Metal Apaleador» antes que ellos, lo cierto es que los de Los Angeles (luego trasladados a San Francisco) fueron los primeros en editar un L.P de dicho estilo, de ahí su enorme importancia.
Las composiciones eran veloces y agresivas a más no poder. Los solos, eran una montaña rusa que amenazaba con descarrilar en cualquier instante, mientras que el bajo mostraba una labor asombrosa, arropado de una sólida percusión. Pero lo mejor de todo, fue su frescura. Bendita originalidad camaradas.
El asalto lo abria ‘Hit The Lights‘, demostrando desde el primer segundo como se las gastaban. Los atributos mencionados con anterioridad pegaban con fuerza a la cara y a los oídos del oyente. Se trataba de un up tempo de riff fluido y veloz, que terminaba con una colección de punteos corta gargantas. Con ‘The Four Horsemen‘, bajaron la celeridad, mas no la calidad. El track, todo un himno para el cuarteto, enseña un interludio central pausado que curiosamente casi nunca han tocado en vivo. El acelerador se volvía a pisar a fondo con ‘Motorbreath‘ y sus aires claramente hardcoretas. Éste, daba paso al que fue su uno de sus sencillos ‘Jump In The Fire‘. Tal vez el single, fuese el eslabón más débil de «Mátalos a todos». Aun así, el gritado estribillo se quedaba grabado en la cabeza durante todo el día.
Con ‘(Anesthesia) Pulling Teeth‘ Mr Burton demostró que no era un hombre, sino un dios. Creó 4 minutos con 15 segundos de gloria instrumental.
Se llega al final de la primera mitad con ‘Whiplash‘. Como su propio nombre indica si lo traducimos al castellano, es todo un latigazo.
La segunda parte arranca con ‘Phantom Lord‘. Es una lástima que sea uno de los grandes olvidados a la hora de presentarlo a las masas en cualquier concierto. Con ‘No Remorse‘ y su giro de dirección sobre la mitad, estos tíos demostraban que no había compasión a la hora de ensalzar y enarbolar la bandera de la violencia sónica. Llegamos al último tramo del disco con ‘Seek & Destroy‘ y la siempre letal ‘Metal Militia‘. La primera, anima a la muchedumbre a canalizar de la forma más salvaje posible su agresividad, mientras que «Milicia Metálica» es sin duda alguna una de las tonadas más descarnadas que jamás hayan escrito.
A partir de aquí, llegaron 3 obras maestras más, peleas perpetuas con ex miembros, muertes, deserciones, cambios radicales de estilo y un sin fin de historias que no tocaremos en este ya demasiado largo artículo. A pesar de los pesares, de todos los tumbos que ha dado la carrera de la banda de Mr Hetlfield y Cia, la importancia de «Kill ´Em All» está fuera de toda duda y seguirá vigente hasta el fin de los tiempos.
Nota: 10
Autor: Chus
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