El próximo día 28 de mayo, saldrá a la luz el cuarto álbum de larga duración de la banda australiana de Black Metal, Thrall, titulado “Schisms”, a través de los sellos Brilliant Emperor Records en formato cassette e Impure Sounds en formato vinilo de 12”.
La formación de Thrall está conformada por Tom (voz, guitarra), Ramez (guitarra), Jonno (bajo) y Jared (batería).
En mi opinión, si por algo se caracteriza el Metal Extremo australiano es por su crudeza y agresividad, ejemplo de ello lo encontramos en bandas como Bestial Warlust o Abominator, y Thrall, a quienes no había escuchado previamente, continúan esa estela del Black Metal de principios de los 90 y una cierta pegada thrash metalera.
En “Schisms” nos encontramos ante ocho canciones y una duración total de 43 minutos, en los que la banda de Melbourne crean un paisaje sonoro que contiene muchos matices, aunque el nucleo central de su música está basado en el Black Metal crudo y absolutamente oscuro. A lo largo de sus temas encontraremos unas melodías veloces surgidas del mismísimo infierno, así como momentos de corte más Doom y atmosférico, que acentúan esa sensación de peligro que brota a lo largo de todo el disco, para muestra, las canciones ‘Hollow’ o ‘Nihil’ son un gran ejemplo de ello. Además, aunque escasos, también nos toparemos con algunos solos de guitarra en una línea muy thrasher e incluso de inspiración blusera, como el que se incluye en el penúltimo tema ‘Epoch’.
En cuanto a la sección rítmica, Jared hace un trabajo totalmente impecable entre doble bombos atronadores, juegos de platillos y cambios de tempo entre up-tempos y mid-tempos. Si por algo destaca, es por esos cambios que le dan una gran fluidez a la totalidad del disco.
La voz que nos atormenta a lo largo de todo el álbum se trata de un registro a medio camino entre el shriek y el growl, a modo del Metal Extremo más primitivo. Una delicia para nuestros oídos, prometido.
En definitiva, si no conocéis a Thrall, ya estáis tardando en escucharlos y esperemos que sigan deleitándonos muchos años más. En una época en lo que lo artificial y la música sin alma predomina, hacen falta más bandas como ellos.
Nota: 8
Autor: Ramón
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