Crítica: Die Schwarze Sonne - Tod und Melancholie (2021)

La vida iba pasando con más pena que gloria. Llegó un punto en el que se dio cuenta de que las razones que tenía para seguir respirando eran los recuerdos agradables del pasado. Se aferraba a ellos con fuerza. A veces reía a carcajadas cuando los rememoraba, para después romper en un silencioso y triste llanto. Su alma, se comenzaba a marchitar. Era consciente de ello. Tanto, que una vez perdiese el último resquicio de alegría moriría por dentro. En ese momento, decidiría si acabar con todo, o convertirse tan solo en una carcasa moribunda de esperanzas y sueños rotos que se aferraba de forma terca a tiempos mejores…
Bienvenidos al universo de Die Schwarze Sonne.

El 31 de octubre de 2021, Wolfmond Production lanzó en vinilo el quinto larga duración de la One Man Band de Black Metal Die Schwarze Sonne, llamado «Tod und Melancholie».

Pestengel es el hombre que está detrás de todo.

A veces, que una propuesta sea única y fresca no es sinónimo de que termine cuajando. Ejemplo claro de ello, al menos para un servidor fue el «Roots» de Sepultura. Llegados a este punto, supongo que os estaréis preguntando que tiene que ver el combo brasileño con este proyecto finlandés. Pues nada y todo. Me explico. Sin duda, ambos redondos eran arriesgados, ofrendando una propuesta diferente dentro de los parámetros de cada uno de sus respectivos géneros. Eso puede llegar a gustar a algunos, y espantar, como es mi caso, a otros. Una vez le deis al play a «Tod und Melancholie», os veréis inmersos en un viaje musical muy, pero que muy poco ortodoxo de «Metal Negro». Las composiciones son decadentes, psicóticas y punzantes a más no poder. Asimismo, no están exentas de efectos en las voces, teclados e incluso «hachas» destensadas. Lo que más me ha chocado es que salvando las distancias y los géneros, parece que incluso existan pinceladas de Nu Metal en contadas ocasiones. Esa sensación la da las afinaciones bajas y ciertas dobles armonías incómodas más propias de Korn en sus primeros tiempos que de una banda del estilo anteriormente mencionado. Eso sí, tremenda portada, ¿no creéis?

Los riffs casi por completo atípicos os volarán los sesos. Preparaos para ataques dobles de tonos y armonías. Curiosamente, el tremolo picking es un recurso que pasa más bien desapercibido. Cabe destacar los instantes atmosféricos y pausados que hallaréis a lo largo y ancho del Elepé.

En las voces, los distorsionados y predominantes shrieks comparten espacio vital con puntuales growls y escasas a la par que anecdóticas clean vocals.

Se podría decir que hay un buen equilibrio entre celeridad y rotundidad en los parches. Aunque reconozco que me ha dado la sensación de que hay más mid tempos que velocidad.

Destacaría ‘Taedium vitae‘ por regalarnos algo más directo y convincente sobre la mitad de la canción.