Nadie podía pronosticar que un sábado de noviembre en la ciudad de Murcia alrededor de dos de la tarde y con 22 grados y un sol radiante, a pocas horas se podía producir una ciclogénesis explosiva como sucedió más tarde en la Sala Garaje Beat Club.
Eso es lo que ocurrió, el cielo se nublo con Eternal Psycho, con In Element se oscureció el cielo, con Krisun hubo rayos y truenos y con Nile se produjo una ciclogénesis explosiva.
Pero vamos con ello. Puntual comenzó el concierto siendo los primeros en salir a calentar al personal, que no era muy cuantioso en ese momento, los madrileños Eternal Psycho. Grupo que realmente no tiene nada que ver con el Metal Extremo y que me sorprendió verlos en el cartel de la gira en algunas de las fechas por España, quizás pegando más en una gira de Jinger o Lacuna Coil, pero…. No hay que obviar que un grupo que se sube a un escenario, debe tener un respeto y más si se dejan todo en él, y eso es lo que pasó con Eternal Psycho. Aunque para aquellos que no lo saben, su batería es Arjan van der Wijst (ex-Avulsed, Frozen Dawn).
6 temas fueron los que tuvieron para demostrar que no iban de pega, y es que su vocalista Beka no paró ni un momento de interactuar con el público y un buen saber estar sobre el escenario. Con un sonido muy variado, que va desde el Metal Industrial como en “Fire Will Fire”, con un sonido que recordaba a Ministry, hasta sonidos más Melodic Metal como “My Demons” o “The Living Dead” con voces secundarais guturales. No sé porque o cual fue la decisión de que los samplers que usan en los temas de estudio o no se oían (al menos yo) o se oían muy bajos, pero eso hizo que su sonido fuera más crudo, oscuro y duro, para tal ocasión.
Dos temas finales para despedirse, “Religion” mezclando voces guturales con Melodic Metal y partes rápidas, y “Empty of Promises”, quizás la canción más potente del set que hicieron la noche del sábado, mereciéndose el respeto de los congregados, que ya era un mayor número, en la Garaje.
Buen concierto de Eternal Psycho, grupo interesante con varios cambios de estilos de un tema a otro, para mentes musicales más abiertas.
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Los siguientes en salir fueron el grupo argentino In Element, grupo totalmente desconocido para mí. Aparecieron caracterizados tanto el bajista como el guitarra y con un pasamontañas el cantante, con una propuesta musical también muy distante de las dos bandas principales.
Con un sonido más cercano al Hardcore o el Metal empezaron a despertar algo al público, en un saber buen hacer sobre el escenario, sobre todo su vocalista que estuvo muy conversador con el público, llegando a regalar alguna camiseta y unos cd’s del último álbum de la banda “Victory or Defeat” (editado en septiembre de este año).
Un concierto directo, que tuvo muy buen sonido, animando y calentando al público, para lo que quedaba de noche.
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Llego el turno de los brasileños Krisiun, y es que siempre que los he visto, nunca fallan. Impresionantes y demoledores los tres hermanos, que hicieron papilla al público, aunque estos tardaron en reaccionar y ver que eran Krisiun haciendo lo que mejor saben hacer.
No fue hasta el tercer tema, “Combustion Infierno”, cuando empezaron los mosh pit y circle pit sin parar en cada una de sus canciones hasta el final del show. Y no era para menos, pues el sonido era demoledor y nítido. Cada acorde, cada punteo de Moyses era deleite para los oídos, y qué decir de Max con la batería, una ametralladora que sonaba a la perfección, digno de ser de los mejores baterías que hay en la actualidad. Mientras Alex, que entre canción y canción y chapurreando español, caía algún que otro trago de cerveza, manejaba las cuatro cuerdas como si no hubiera un ayer, aplastante llevando el ritmo con precisión.
Los temas fueron cayendo por si solos mezclando temas clásicos como “Scourge of the Enthroned”, “Descending Abomination” o “Kings of Killing”, que fue con la que abrieron, con temas de su último álbum Morten Solis, de las cuales sonaron “Sword Into Flesh”, “Necronomical” y “Serpent Messiah”. Simplemente se fue pasando el tiempo muy rápido y cuando nos quisimos dar cuenta con ”Hatred Inherit”, ya no quedaban más temas en la noche de Krisiun.
Demoledor concierto de los tres hermanos, KRISIUN, los tres tenores brasileños, con un sonido impecable, que aunque machacaron al público, estos aún recogieron más fuerzas para lo que se le venía encima.
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Y llegaron los grandes Dioses de la noche Nile. Podría acabar aquí mismo la crónica diciendo que fue espectacular, impresionante, exquisitos, tremendos, sinceramente de los mejores y más demoledores conciertos que he visto en mi vida.
Y es que da igual quien este tras las seis cuerdas o las cuatro, la precisión y la técnica del grupo fue impresionante. Hay que sumar al grupo aparte de Kalr Sanders (guitarra, voz) y a George Kolias (batería), a las seis cuerdas y voces, Scott Eames y a Julian David al bajo y voces. Vaya cuarto el que nos presentaron, para literalmente dejarnos electrocutados con tanta brutalidad como nos ofrecieron, cambiando constantemente de vocalista, a cual mejor.
“Sacrifice unto Sebek” fue el primer el tema de la noche donde dejaron patente que no iba a ser un concierto cualquiera. Con la sala ya con un muy buen ambiente, y unas primeras filas inundadas de most pit y circle pit que no pararían durante todo el concierto. Siguieron con “Defiling the Gates of Ishtar” y “Kafir!” como parte, digamos, de sus primeros discos para llegar a “Call to Destruction” de su penúltimo álbum What Should Not Be Unearthed, aunque ya data del año 2015, un poco lejano ya.
Tras estos incesantes temas, el listón no lo bajaba ni del público ni de Nile, cada uno seguía a lo suyo, Nile con “Long Shadows of Dread” y el respetable con más movimientos bajo el escenario, era impresionante. Cuanto más iba pasando el tiempo, más subía la temperatura dentro de la sala dándole paso a los siguientes temas, “In the Name of Amun”, “Lashed to the Slave Stick” y “The Howling of the Jinn” para completar otro repaso a sus temas más antiguos.
Ya pasado la mitad del concierto, volvieron a su último trabajo de estudio con el tema que le da título, “Vile Nilotic Rites”, dando un respiro en cuestión de rapidez (una canción más a “medio tiempo”) aunque no de calidad extrema, que tienen y mucha. Algo parecido ocurrió con “Sarcophagus”, canción más tranquila, respiro para la traca final. Y bien poco que duro, ya que con “4th Arra of Dagon”, parecía que el público lo estaba deseando, se desató la locura con incesantes most pit en toda la primera fila, para dar paso a “Black Seeds of Vengeance” donde decidieron dar por finalizado el concierto, aunque para mí, no sé si porque estaba siendo Nile una apisonadora, lo cortaron muy a lo Black Metal, último acorde y good bye. Cortaron radical la música pero no se olvidaron de saludar a todos los fan que estaban en las primeras filas, saludando, agradeciendo y dando alguna púa que otra.
Aún así, fue una hora de pura locura vivida en la Garaje Beat Club de Murcia. Se tardará mucho tiempo en olvidar este concierto, si es que se olvida. Larga vida a los Dioses Nile.
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Noche que muchos no olvidarán, seguro. Nile y Krisiun estuvieron a la altura de su clase y maestría, impresionante como se comportó el público con ellos durante sus actuaciones. También es cierto que tanto In Element como Eternal Psycho se vaciaron e hicieron dos grandes conciertos, lo malo es que ninguno de los dos grupos era del estilo de los asistentes. Me quedo sobre todo con Eternal Psycho, sobre todo por los cambios de estilos que tienen entre sus temas.
Texto: Juan Antonio Garrido
Fotografía: Marisol Huertas
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