Fue ahí cuando descubrí que los dioses, todos ellos, no eran más que monstruos. Es curioso, nos crearon con la capacidad de ser empáticos, cualidad que desde luego ellos no tienen. Aunque bien pensado, ¿por qué tenerla? ¿Acaso a nosotros nos importa lo más mínimo cualquier ser vivo que consideremos inferior? Tal vez una mascota no, pero una hormiga por supuesto. Antes de abrir los ojos, estuve siguiendo sus reglas a pies juntillas. Cada año tocaban los sacrificios, mientras que realizaba el hechizo pertinente que abría el portal entre dimensiones. Sin embargo, cuando decidí de forma voluntaria introducirme en su plano astral, observé con mis propios ojos su mundo. Tan solo había caos, sufrimiento y muerte. Aunque lo peor de todo es que las deidades pretendían que la Tierra fuese igual. Ahora, no tengo ni la más remota idea de cómo volver con los míos. Mis poderes arcanos no surten efecto aquí. Así que la pregunta es, ¿cuánto tiempo tardaré en morir?
Bienvenidos al universo de Misanthropik Torment.
El 14 de febrero, Earache Digital Distribution, Misanthropik Records y Kvlt und Kaos Productions lanzarán el décimo trabajo de los Black Death metaleros Misanthropik Torment llamado «Ecdysis».
El line up del proyecto es: Jonathan Nesbitt (todos los instrumentos), Erick Draven (voz, lírica).
Correcto, sí, pero algo decepcionante el nuevo trabajo del dúo americano. Y ahora os preguntaréis la razón de ello. A ver, de forma individual, cada una de las tonadas funciona bastante bien. El problema es que una vez pasan los dos primeros tracks, lo cierto y verdad es que el disco se torna menos furioso, ahondando sin ningún complejo en unas estructuras netamente thrashers, recordando en ocasiones a los Slayer menos acelerados. El bajón de intensidad que no de calidad compositiva les pasa factura, sin que por ello lleguen a suspender ni mucho menos. Eso sí, ya os digo que la nota final hubiese sido más alta si la furia no se hubiese diluido tanto.
Las seis cuerdas se mueven sin problemas entre la mezcolanza de los tres estilos que ya he mencionado con anterioridad. Eso se traduce en riffs macabros, con dobles armonías, armónicos punzantes si es necesario, fluidez y rotundidad. La lead guitar trabaja muy pero que muy poco. Los solos son puramente anecdóticos.
Como era de esperar, dentro del apartado vocal disfrutaréis de la mixtura de growls y guturales agudos rasgados.
Ya lo he dicho en el párrafo principal, o al menos lo he dejado de caer. La celeridad baja estrepitosamente después de ‘Master and Slave‘, que dicho sea de paso es la canción que más me ha gustado, y en menor medida de ‘Ecdysis‘. Ya sabéis a qué ateneros chicos.
A pesar de todo, «Ecdysis» es lo suficientemente convincente. Dadle la oportunidad que merece.
Nota: 6
Autor: Chus
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