Crítica: Destruction – Diabolical (2022)


Los cada vez menos supervivientes de la raza humana se preguntaban cómo había llegado a suceder semejante catástrofe. Cuando parecía que tanto el virus que los creaba como el número de zombies estaba siendo erradicado, una nueva cepa del mortal microorganismo cambió las tornas. Ahora eran inmunes al clásico tiro en la cabeza. Tan solo se podía acabar con ellos cortándosela o prendiéndoles fuego. El 17 de enero de 2050, los pocos aviones que aún funcionaban, propinaron una lluvia de potentes proyectiles. Las explosiones retumbaban a kilómetros de distancia, mas no conseguían acallar el inhumano grito de furia y dolor de los podridos. El apocalipsis no había hecho más que empezar…
Bienvenidos al universo de Destruction.

El 8 de abril de 2022, Napalm Records lanzó al mercado el hasta la fecha último disco de los Thrash metaleros Destruction llamado “Diabolical”. Ahora, este humilde redactor os trae su respectiva reseña. Un poco tarde tal vez, pero más vale tarde que nunca, ¿no es cierto?

Pero antes de meternos de lleno en la review, repasemos rápidamente la actual alineación de la banda. Su actual line up es: Schmier (bajo y voz), Randy Black (batería), Damir (guitarra solista y voces), Furia (guitarra y voces).

Hace muchísimos años que voluntariamente les perdí la pista al mítico combo alemán. Cuando volvieron a la escena en el ya lejano año 2000 con «All Hell Breaks Loose» me faltó tiempo para hacerme con dicho disco. Conforme iban transcurriendo los temas, la ilusión e interés inicial desaparecieron por completo. No entendía la razón por la que Schmier varió su forma de vociferar, dando pie a un registro más agudo y de, por decirlo de alguna forma, de sílabas más fluidas. Asimismo, ¿dónde estaban los riffs punzantes y terriblemente frescos que mostraron en sus tres primeros trabajos? Definitivamente, sin salir del «Metal Apaleador», perdieron lo que les hizo grandes. Aun así, cuando en 2001 publicaron «The Antichrist» volví a darles una oportunidad. Y ahí fue cuando ya los defenestré por completo. Acabé de los estribillos eternos que mostraban en temas como ‘Bullets from Hell‘ hasta el alma.

Ahora bien, hay un dicho muy cierto que pregona algo así como: «la curiosidad mató al gato», y eso es precisamente lo que me ha pasado. Después de tanto tiempo, los he vuelto a catar, y sinceramente, el resultado no ha sido precisamente bueno. A ver, objetivamente no puedo decir que «Diabolical» sea un mal plástico. No obstante, si me atrevo a afirmar que resulta algo genérico. Las tonadas de forma individual funcionan bien. El problema es cuando suenan correlativas y sin descanso. Es ahí cuando resultan demasiado similares entre sí. Más de uno de vosotros dirá «¿pero le has visto algo bueno?, y la respuesta es sí. Gracias a Odín no nos machacan con chorus infinitos, y han implementado cierto toque melódico a los solos. Por supuesto, el apartado técnico es impecable. No puedo chistar lo más mínimo de la producción. Por su lado, el artwork, es feroz y directo, exhibiendo al carnicero loco en un segundo plano.

Las seis cuerdas son sólidas y convincentes. No faltan los riffs punzantes y asesinos, al igual que tampoco se olvidan por completo de las dobles armonías. Vuelvo a repetir lo que habéis leído hace poco, la lead guitar tiene un punto justo de «suavidad»

Schmier sigue con su «nueva» forma de cantar. Los que llevan detrás del combo desde el 2000 no quedarán decepcionados.

Tuve la sensación de que la celeridad le gana terreno a la contundencia en materia de percusión. Para los que busquen algo rotundo y a medio gas, recomiendo que se pongan ‘Repent Your Sins‘ por poner un ejemplo.

Recomiendo ‘Servant of the Beast‘ porque resulta que les da por meter disonancias en las «hachas», más que por que realmente sea un temón. Si buscáis algo más estándar y acelerado, con darle al play a ‘Diabolical‘ quedaréis complacidos.

«Diabolical» os hará pasar un buen rato sin que ni mucho menos pase a los anales de la historia del metal extremo. A mí no me ha gustado, pero calidad real no falta.

Nota: 5,5
Autor: Chus

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