Crítica: Temple Of Dread – Beyond Acheron (2023)


Desorientado y prácticamente inmóvil miró a su alrededor. Estaba oscuro. Lo poco que llegó a distinguir parecía ser un paraje lúgubre y pestilente. Tardó unos minutos en percatarse que estaba subido en una especie de barca. Cuando se fijó con detenimiento, con sumo pavor fue consciente de que estaba construida a base de huesos humanos. Quien capitaneaba la góndola era un ser alto y delgado. No conseguía distinguir su rostro. Intentó hablar con él, mas no obtuvo respuesta alguna. De repente, una decena de pequeñas luces aparecieron de la nada. Unas brillaban más que otras, pero todas parecían que estaban perdiendo poco a poco su fulgor. En ese instante, sintió un fuerte dolor en el pecho. Del tórax emergió otra esfera luminiscente. Antes de perder el conocimiento, supo que estaba en el reino de los muertos, que su alma acababa de salir de su mente y que quien estaba a su lado no era otro que Caronte. Luego, despacio, entre gritos sordos y lamentos, llegó la oscuridad eterna…
Bienvenidos al universo de Temple Of Dread.

El pasado 11 de agosto de 2023, Testimony Records lanzó «Beyond Acheron», el cuarto trabajo de los Death metaleros Temple Of Dread.

El grupo está formado por: Jens Finger (voz), Markus Bünnemeyer (guitarra y bajo), Jörg Uken (batería y teclados).

En líneas generales, los alemanes han creado un Elepé que para nada es mediocre, pero sí irregular. No entiendo como después de mostrar unas cartas compositivas devastadoras en el tema que da título al redondo, no optaron por seguir andando esa misma senda compositiva. Incomprensiblemente, todo lo que viene después no consigue estar a la altura, o al menos para un servidor no lo está.

Las «hachas» regalan ataques de tremolo picking, fluidez y oscuridad. De forma puntual y anecdótica, se atreven con leves arranques de disonancias. Lo que si es digno de ovación son los solos. Por el amor de Odín, la lead guitar hace una buena labor ofrendando tanta melodía como salvajismo.

Las voces, dentro del género que ejecutan, no son especialmente feroces. Lo que sí agradezco, es que no usen clean vocals.

He tenido la sensación que dentro de la percusión ha predominado más los mid tempos. Con ello no penséis que no pisan el acelerador a fondo cuando la ocasión lo requiere, por que os aseguro que lo hacen a base de bien.

Por su intensidad, recalco ‘Beyond Acheron‘, ‘Dance of Decay‘ y ‘Asebeia‘.

Sin que llegue a ser uno de los discos de «ruido» radical del año, no estaría de más que le dieseis una oportunidad.

Nota: 6
Autor: Chus

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