Crítica: Barbarian Swords - Fetid (2024)

¿Cómo podría luchar contra un engendro así? No era sólido, sino gaseoso. El monstruo había acabado con la casi totalidad de su ejercito. Se introducía en el cuerpo de sus victimas por medio de las fosas nasales o la boca. Una vez dentro, de forma literal los pudría, pereciendo de la forma más dolorosa jamás imaginada por el hombre. Ahora le tocaba a él plantarle cara. Era consciente de que si los magos no decidían unirse al combate, el mundo tal y como se conocía hasta ese momento estaba tan acabado como él lo estaría en breve…
Bienvenidos al universo de Barbarian Swords.

Base Record Production y Blood Fire Death, lanzarán el próximo 26 de abril de 2024 el quinto Elepé de los Black Doom metaleros Barbarian Swords. El redondo tomará el nombre de «Fetid».

La alineación del conjunto es: Von Päx (voz), J. Pnzr (guitarras, bajo, teclados), Steamroller (guitarra), Uretra (batería).

Mientras que en «Anti-Dogma Megaforce» los catalanes apostaron por la celeridad, en «Fetid» es todo lo contrario. Aquí lo que predomina es la decadencia y la pesadez tanto en las «hachas» como en la percusión, dando pie a un festín de sonidos desesperados y furibundos no apto para todos los públicos. A título personal, la verdad es que soy un obseso de la velocidad, y hubiese agradecido que hubieran pisado el acelerador a fondo aunque fuese en escasas y anecdóticas ocasiones a lo largo de la obra, cosa que no ocurre. No obstante, es imposible, o al menos para un servidor lo es, no aprobar con nota el plástico en cuestión.

Las degeneradas seis cuerdas rezuman desasosiego a más no poder. Los riffs que degustaréis son de doble armonía, con base de notas al aire sustentado por melodías terroríficas. Si la ocasión lo requiere, incluyen palm mutes.

Ni el más mínimo respiro tendréis en el apartado vocal. Supongo que ya habré puesto algo similar en el pasado a la hora de referirme a las bondades de Von Päx, pero no me cansaré de repetirlo. El odio más letal y corrosivo que podáis imaginar sale de sus cuerdas vocales.

La percusión es rocosa y mastodóntica, acercándose peligrosamente en más de una ocasión a los down tempos más asfixiantes.

Destaco la inicial ‘Cherokee Firestorm‘ por sus embestidas muteadas fluidas y ‘Genocidal Theogony‘ por sus teclados espeluznantes.