Crítica: Kvaen – The Formless Fire (2024)


Hoy, 21 de junio, sale a la luz el tercer trabajo de la banda unipersonal sueca de Black Metal, Kvaen, titulado “The Formless Fire”, a través de Metal Blade Records.

La formación de Kvaen está conformada por Jacob Björnfot, quien se encarga de todos los instrumentos y la voz, a excepción de la batería, la cual ha sido grabada por el ex-Amon Amarth, Frederik Andersson. Además, Sebastian Ramstedt de Necrophobic y Chaq Mol de Dark Funeral han colaborado con solos de guitarra.

Con solo tres discos de estudio, Kvaen ha conseguido tres gemas musicales y entrar directamente en las grandes ligas del Metal Extremo con un estilo que podríamos definir como puramente sueco.Veamos que nos depara “The Formless Fire”.

El nuevo álbum de Kvaen está compuesto por ocho canciones y una duración total de treinta y nueve minutos en los que la banda nos sumerge en un torbellino de Black Metal melódico, en el que encontraremos semejanzas con bandas como Necrophobic, Dark Funeral, Dissection o Sacramentum y es que todas ellas tienen algo en común y es la capacidad de equilibrar melodías y agresividad sin perder un ápice de fuerza en el camino. Por supuesto, a lo largo de todos los temas nos vamos a encontrar con gélidos trémolos, pero también con riffs oscuros y tenebrosos, así como unos solos de guitarra tanto melódicos, supurando Heavy Metal clásico por los cuatro costados, como afilados y realmente memorables, logrando una fluidez compositiva que pocas bandas consiguen y por tanto, una escucha dinámica que no aburre en ningún momento ni se siente monótona. También nos vamos a encontrar con temas épicos y majestuosos, gracias a sus melodías triunfantes y un mid-tempo hipnótico, como por ejemplo, a lo largo de ‘The Ancient Gods’. Además, algunas pinceladas de guitarras acústicas le añaden un aire aún más pagano a la atmósfera del disco.

En cuanto a la sección rítmica, Frederik Andersson hace un trabajo increíble a base de blastbeats, up-tempos y algunos momentos de mid-tempos, todo ello de manera absolutamente dinámica.

El registro vocal se trata de un shriek puro y duro que destila absoluta agresividad y oscuridad.

En resumen, “The Formless Fire” es uno de los grandes candidatos a disco del año. Kvaen siempre es sinónimo de calidad.

Nota: 9
Autor: Ramón

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