Crítica: Vanhelgd - Atropos Doctrina (2024)

Están asustados, muy asustados, tanto que más de uno ya está comenzando a usar la violencia. Qué estúpidos, piensan que tal vez pueden salir de aquí a golpes. De seguro más de uno morirá en el intento, no me cabe duda. Sin embargo, cuando me canse de observar semejante despropósito, empezaré a agarrarlos uno a uno. Desmenuzaré su alma y la devoraré mientras mira, para después vomitarla y volverla a colocar en su sitio. Entonces, cuando eso ocurra, ya será un fiel esclavo que morirá por mí si se lo pido…
Bienvenidos al universo de Vanhelgd.

Dark Descent Records, lanzó el 12 de julio de 2024 el sexto trabajo de Vanhelgd llamado «Atropos Doctrina».

Su alineación es: Mattias Frisk (guitarra y voces), Jimmy Johansson (guitarra y voces), Jonas Albrektsson (baJo), Mathias Westman (batería).

Camaradas, el nuevo redondo de los suecos me ha sonado muchísimo a una mezcla entre los primeros Dissection y los In Flames del «The Jester Race». El plástico supura dramatismo y maldad a partes iguales, con unas composiciones donde el mid tempo cargado de buenas melodías predomina de forma clara. Tal vez, no va a ser el disco que cambie vuestras vidas, mas os aseguro que su escucha no se hace tediosa ni mucho menos.

La principal característica de las seis cuerdas son las dobles armonías, que reinan con mano de hierro a lo largo y ancho de los 8 tracks que componen el plástico. Por supuesto, y como no podía ser de otra manera, tampoco faltan las acometidas de tremolo picking. La lead guitar casi no aparece, haciéndolo únicamente en ‘Ofredsår‘ y ‘Gravjordsfrid‘. Como curiosidad y tal vez para algunos advertencia, no temen incluir teclados o piano si la ocasión lo requiere. Aunque ya de entrada informo que su participación es ínfima y terriblemente puntual.

No hay mucho que comentar en lo que a voces se refiere. Degustaréis unos tonos desesperados y grises, donde no hay espacio para las concesiones comerciales.

Como os decía en el párrafo principal, a medio gas suele ir la percusión. Desde luego, así se han asegurado que las pocas veces que deciden pisar el acelerador se agradezca el doble.

‘I ovigd jord‘ y ‘Atropos Hymnarium‘ son mis canciones predilectas, por ser las más enérgicas. Escuchadlas, hacedme caso.