Crítica: Grace Disgraced – Revoltality (2024)


El 24 de septiembre salió a la venta el quinto álbum de la banda rusa de Death Metal técnico y melódico, Grace Disgraced, titulado “Revoltality”, a través del sello Soundage Productions.

La formación de Grace Disgraced está conformada por Polina Berezko (voz), Alexander Klaptsov (guitarra, bajo) y Andrey Ischenko (batería).

Tras veinte años de carrera y muy buenas reseñas recibidas a lo largo del globo, así como múltiples conciertos junto a grandes bandas como Cannibal Corpse o Sinister, los rusos celebran su trayectoria con un nuevo álbum que esperemos les ponga en el punto de mira definitivo del underground extremo. Veamos que nos depara “Revoltality”.

El nuevo trabajo está compuesto por siete temas y una duración aproximada de cuarenta y seis minutos en los que Grace Disgraced nos ofrece unas composiciones que se mueven entre riffs melódicos, entrando de lleno en el Death Metal de corte sueco y recordándonos a las grandes épocas de In Flames o Dark Tranquility, así como riffs enrevesados,dando rienda suelta a la parte más técnica de la banda, a través de los cuales nos vendrán a la cabeza bandas como Death o Cynic; debido a algunas secciones de distorsiones de corte más líquido, incluso de manera acústica y con una atmósfera cósmica y etérea, tal y como ocurría en el mítico “Focus”, todo ello salpicado de solos para todos los gustos, desde afilados y agresivos hasta melódicos o completamente técnicos y complejos, y tanto de guitarra como de bajo; atentos al sobresaliente bajo del tema ‘Bloody March’, aunque a decir verdad, este es un absoluto protagonista en todos y cada uno de los temas.

En cuanto a la batería, nos vamos a encontrar con una amalgama absolutamente completa de ritmos, sin caer en ningún momento en la simplicidad, pues incluso los mid-tempos, como el del tema ‘The Culture of Pain’, están brillantemente ejecutados con una diversidad de detalles que invitan a la re-escucha, pero ya no solo de este tema, si no de el álbum al completo.

El registro vocal es un rasgado que personalmente me ha recordado enormemente a Chuck Schuldiner y eso siempre es algo para celebrar. Además, en algunos instantes acompaña una voz limpia, pero en absoluto empaña el resultado final, pues esto ocurre en momentos muy puntuales.

En resumen, estamos ante un disco absolutamente imprescindible para los amantes del Death Metal técnico. Es un placer siempre encontrarse con discos que sobresalen por encima de la media y este es uno de ellos.

Nota: 9,5
Autor: Ramón

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