Crítica: BleedSkin – Homicidal Therapy (2024)


Ataque mortal en el parque Franklin. Sobre las seis y media de la tarde del 1 de septiembre de 2024 se produjo el ataque mortal a un ciudadano de 80 años mientras paseaba a su perro en el parque Franklin de Braunstone Town -población cercana a los 20.000 habitantes-, a 4 kilómetros del centro de la ciudad inglesa de Leicester – núcleo urbano que cuenta con más de 700.000 habitantes-, siendo un grupo de niños con edades comprendidas entre los doce y los catorce años detenidos como sospechosos de la agresión con resultado de muerte, permaneciendo sólo uno de los investigados bajo custodia policial mientras que el resto de los arrestados fueron posteriormente puestos en libertad. El suceso se llevó a cabo con un uso de la fuerza física ejercida violentamente hacia el fallecido, sin posibilidad de defenderse ante la misma, teniendo lugar cuando el agredido se dirigía a su vivienda apenas a 30 segundos de la zona de los hechos, cerca de la entrada al parque. Murió el lunes por la noche en el centro de salud donde fue hospitalizado. Un vecino del fallecido lo describe como una persona muy buena, tranquila, alegre y agradable, <<un hombre de familia>> con tres hijos y nietos.

El disco de hoy lleva por título «Homicidal Therapy» (Terapia homicida), segundo larga duración de BleedSkin (Piel sangrante), un terceto originario de Bélgica practicante de Metal Muerto Brutal desde 2016. Su fecha de salida fue el 10 de septiembre de 2024 en formato digipack y en digital.

El listado de temas suma un total de diez, incluyendo un inicio y un final instrumentales -ambos con poco más de un minuto de duración- de distinta contextualización y patente significado ubicable, siendo las restantes ocho composiciones cantadas, todas ellas pasando de los tres minutos, con una escucha completa de 30:44.

La portada es una puerta abierta al infierno del dolor abyecto más allá de lo físico, con gusto por el detalle macabro e inverosímil. Tanto el nombre del grupo como el título del álbum son muy legibles, sin excesos sanguinolentos.

Los ritmos son medios, rápidos y muy rápidos.

La producción es sólida y atrapante, con un toque moderno de audición extra, poderío e inexorabilidad.

Las voces tienen dualidad, con un timbre cavernoso inteligible y una parte rasgada doliente. Los tres músicos de BleedSkin intervienen en este apartado. En el corte ‘Darkest Secret‘ (El secreto más oscuro) hallamos un inicio breve de timbre en limpio, mientras que en ‘Murderous Madness‘ (Locura asesina) aparece una sentida expectoración, la única presente en todo el álbum.

Las guitarras crean posesivas líneas inyectivas con apego a la rapidez desbocada, imprimiendo una vertiente técnica de bienvenida ejecutoria. En canciones como ‘Purgatory‘ (Purgatorio) o ‘The Reaper‘ (El segador) tenemos partes vertiginosas de acusada brevedad pero intenso y fulgurante tapping.

El bajo de cinco cuerdas aporta densidad rítmica con una aplicada exactitud, sin tomar caminos de riesgo o experimentales en su cometido. En ‘Deadly Chase‘ (Caso mortal) o en el inicio de la pieza ‘Darkest Secret‘ contunde con una mayor horadación sónica, dentro de un conjunto general de alto nivel prospectivo.

La batería es impactante a los parches, los platos y el doble pedal, un creativo triunvirato de canóniga y delectable ejecutoria. Destacable el tema ‘Purgatory‘ como ejemplo de tratamiento para la ira primaria con un temperamental fuego baterístico a discreción. Por último, señalar la excelente concatenación ininterrumpida entre el tema ‘Murderous Madness‘ y el aludido ‘Purgatory‘, con un fundido sonoro de mayestática implementación.

Coda: un disco notable por su directa respuesta a la necesidad de escuchar un cualitativo Metal Muerto Brutal europeo.

Nota: 7.5.
Autor: Deader.

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